En el día de la Presentación del Señor, como Jesús se presentó al Padre, los miembros de las Comunidades Contemplativas, Institutos de Vida Consagrada e Institutos Seculares de la Iglesia renuevan la ofrenda de sus votos para la alabanza del Señor y el servicio a la Iglesia y a la sociedad. Nos cumple a todos acompañarles con nuestra oración para que sepan ser fieles a sus compromisos y nunca falten suficientes vocaciones que garanticen su presencia y su apreciable misión en la Iglesia. También podremos manifestar en la eucaristía conmemorativa y en el resto de la diócesis, nuestra gratitud por este precioso don de la Vida Consagrada: al Espíritu Santo que la inspira, a la Iglesia que la promueve y cuida, y a cuantos se entregan con toda su generosidad a este testimonio y servicio tan esencial a la Iglesia y tan decisivo para la sociedad.