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Braulio Rodríguez Plaza

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Artículo

El reto educativo

13 de septiembre de 2003


Publicado: BOA 2003, 442.


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El curso escolar está en marcha. Infantil y Primaria ya ha empezado; Secundaria y Bachillerato lo hará pronto; un poco más tarde comenzará la Universidad. La educación es probablemente uno de los mayores retos que tiene planteados España. Tal vez nuestra sociedad no cae del todo en la cuenta de cuánto nos jugamos. No valen aquí parches o la práctica de ir tirando a ver qué pasa. Tampoco vale que los padres piensen en la educación de sus hijos únicamente como una cuestión puramente técnica, de cara a que ellos tengan una mera capacitación, sin que el sujeto quede afectado.

Con esa mentalidad, muchos padres están preocupados en el aprobado o título de sus hijos. De ahí que, a muchos, que la ley de Calidad de la Educación establezca una nueva área o asignatura llamada “Sociedad, Cultura y Religión”, que comparta con las otras áreas del sistema educativo el mismo rango, les fastidia porque el niño/a tiene que estudiar otra nueva asignatura. Difícilmente ven que esa asignatura tenga como finalidad ayudar a los alumnos a alcanzar el «pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales» (Constitución Española, 27.2).

Ya sé que otros muchos grupos, partidos políticos u organizaciones se oponen a esta área por ideología pura y dura, incapaces de ver que a la transmisión sistemática y crítica de la cultura no se la puede amputar previamente de ninguna de sus dimensiones, y que el área o asignatura de Sociedad, Cultura y Religión tiene por finalidad garantizar a todos los alumnos el acceso a la dimensión religiosa de la cultura en nuestro contexto social y, a la vez, facilitar el ejercicio del derecho constitucional a la formación religiosa y moral de acuerdo con la propias convicciones (ibíd., 27.3).

Si se dan las dos opciones posibles (confesional, según las distintas religiones, y no confesional), ¿por qué tengo yo que aceptar que las matemáticas, las ciencias naturales, etc., educan más y mejor a los niños, adolescentes y jóvenes españoles, garantizada la libertad de elección y los diseños curriculares distintos para ambas opciones? A lo mejor quieren que comulguemos con ruedas de molino.

† Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Valladolid