{\sc Arzobispo} \\ Arzobispo
Braulio Rodríguez Plaza

Imprimir A4  A4x2  A5  

Carta semanal

Ser obispo

21 de diciembre de 2003


Publicado: BOA 2003, 488.


\documentclass[a5paper, landscape, 12pt]{article} \usepackage{larva} \usepackage{charter} \usepackage{titlesec} \usepackage{amssymb} % Para \blacksquare \titleformat{\section}{\centering \Large \color{blue} \bf}{}{0mm}{} %\setlength{\parindent}{0mm} \setlength{\parskip}{2mm} %\hyperbaseurl{http://www.archivalladolid.org/} % agenda.php?DI= . date ('Y-m-d') . \&Evento=} % \includegraphics[width=0.15\textwidth]{../arzobispado.jpg} \begin{document}

El sábado día 20 se cumplen los dieciséis años de mi ordenación episcopal en la catedral de Burgo de Osma (Soria). Por descontado que fue un día feliz, que no voy a olvidar nunca, pero, a la vez, fue un día que viví lúcidamente, sabiendo la misión que debía desempeñar en la Iglesia y cómo mi tiempo y mi persona dejaban de pertenecerme a mí mismo para ser de los miembros de la Iglesia, concretada entonces en la diócesis de Osma-Soria y, más tarde, en las de Salamanca y Valladolid. Nunca viví ser obispo, ni siquiera en los primeros meses tras mi ordenación que fueron inmensamente felices, como una promoción personal ni como si yo fuera alguien fuera de lo común.

Me siento muy vinculado a mi Pueblo, el Pueblo de Dios que peregrina en Valladolid; no sería nada sin vosotros, los católicos de esta diócesis castellana; con vosotros he de caminar y resolver los problemas de cada día, aunque yo sea quien preside en nombre Cristo la comunidad. Si hay que definir al obispo como sucesor de los Apóstoles, entonces su misión queda fundamentalmente perfilada por lo que quiere Jesús de los Doce: «Los constituyó» para que «estuviesen con Él», «para enviarlos», «para que tuviesen autoridad» (cf. Mc 3,14s).

Por ello, lo primero y principal es estar con Jesús, en intimidad con Él, para poder ser testigo de la resurrección, estando en contacto con el Resucitado. No puede ser una especie de funcionario eclesiástico, sino sencillamente esto: testigo y sucesor de los Apóstoles. El obispo que considerase su ministerio sobre todo como un honor o como una posición influyente, no habría comprendido su naturaleza.

Así que celebrar en la Catedral la Santa Misa ese día 20 con los que se acercaron al templo, fue y es para mí un renovar mi ofrecimiento del año 1987 en el transcurso de mi ordenación en la hermosa Catedral burgense. Y también un animar a los demás católicos a vivir la vocación con que Jesús les ha llamado en su Iglesia, expresando así el vínculo de comunión que nos une a todos.

Estando tan cerca la Navidad, es igualmente para mí un gozo exhortaros a vivir el nuevo nacimiento de nuestro Redentor con sencillez, con alegría de hogar y familia, olvidándonos de nosotros mismos, pero sin olvidar a los más tristes, más pobres, más solos, más en dolor o enfermedad, sin olvidar a los inmigrantes. El desamor con los demás se nota con más intensidad en estos días de Navidad, pues el ser humano nunca se acostumbra a vivir sin amor y tiene una nostalgia infinita de Dios, de su rostro amable. El sobrecogimiento que provoca el esplendor de la Verdad y la pasión encendida por la realización de la Bondad crea la Belleza. «¿Qué belleza salvará al mundo?», preguntó Dostoyevski; él mismo responde: «Cristo, no hay otra belleza en el mundo que pueda salvarlo, sino nuestro Señor Jesucristo». ¡Feliz Navidad!

† Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Valladolid