Arzobispo
Braulio Rodríguez Plaza

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Comunicado

Elección del papa Benedicto XVI

19 de abril de 2005


Publicado: BOA 2005, 123.


Desde el lunes 18 de abril, comienzo del Cónclave para la elección del sucesor de san Pedro, la Iglesia ha orado expectante, pensando ya en el nuevo Papa . Damos gracias a Dios por la persona del que ha sido cardenal de la Santa Iglesia Joseph Ratzinger, elegido hoy obispo de Roma, que ha tomado el nombre de Benedicto XVI, Sumo Pontífice, que preside a todas las Iglesias en la caridad. Una enorme alegría se mezcla hoy con el recuerdo agradecido por la persona del papa Juan Pablo II: Tenemos papa. Y es que Cristo, al instituir a los Doce Apóstoles, «formó una especie de colegio o grupo estable y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él» (Lumen gentium, 19) . Porque, «así como, por disposición del Señor, san Pedro y los demás apóstoles forman un único Colegio apostólico, por análogas razones están unidos entre sí el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, y los obispos, sucesores de los apóstoles» (Lumen gentium, 22).

Sabemos que el Pueblo de Dios no es sólo una comunidad de gentes diferentes, sino que en su mismo seno se compone también de distintas partes: las Iglesias particulares o diócesis, formadas a imagen de la Iglesia Universal, en las que y de las que está constituida la Iglesia Católica, una y única. Cada diócesis se confía a un obispo, que es principio y fundamento de unidad. Pero esas Iglesias particulares existen también en y a partir de la Iglesia, que está y obra verdaderamente en ellas. Por este motivo, el sucesor de Pedro, Cabeza del Colegio episcopal, y el Cuerpo de los obispos son elementos propios y constitutivos de cada Iglesia particular. De modo que el gobierno del obispo y la vida diocesana deben manifestar la recíproca comunión con el Romano Pontífice y con el Colegio episcopal, además de con las Iglesias particulares hermanas, especialmente con las que están en el mismo territorio.

Con ello quiero decir sencillamente que el papa para mí no es únicamente una figura a la que obedecer, o mi superior en una escala de autoridades, sino alguien a quien considero muy dentro de la entraña de mi fe de creyente católico, alguien que no puedo considerar ajeno a nuestra Iglesia de Valladolid: es el garante de la comunión eclesial y quien nos preside en la caridad de Cristo; es el que fortalece a sus hermanos obispos y a sus Iglesias. En este momento el Señor nos ha enviado al papa Benedicto XVI. ¿Entendéis que ahora os esté pidiendo a los católicos oración, cercanía, acogida, cariño y amor al Santo Padre, aunque aún apenas le conozcamos? Si Dios quiere, os invito a una sentida acción de gracias por el nuevo Papa en la Catedral el martes día 26 de abril a las 20:30 horas .

El periodo de Sede Vacante de la Iglesia de Roma ha terminado. De nuevo toda la Iglesia se une a la ofrenda y a la intercesión de Cristo en la Eucaristía. Es tiempo propicio para vivir desde nuestra Iglesia de Valladolid esa mutua implicación y mutua interioridad que existe entre la Iglesia universal y cada una de las Iglesias particulares o diócesis. He ahí la razón de por qué, encargado del ministerio de Pedro en la Iglesia, el papa es asociado a toda celebración de la Eucaristía, en la que es nombrado como signo y servidor de la unidad de la Iglesia universal. De este modo, en el corazón de la Iglesia, que es la Eucaristía que nos dejó el Señor, está el Sumo Pontífice, aquel en el que hoy vive Pedro. ¡Bienvenido a tu Iglesia, querido papa Benedicto XVI!

† Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Valladolid