Arzobispo
Braulio Rodríguez Plaza

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Carta semanal

La fe cristiana es alegría

20 de noviembre de 2005


Publicado: BOA 2005, 427.


Los cristianos caminamos entre las tribulaciones del mundo y los consuelos de Dios; pienso sinceramente que estos últimos son más fuertes y duraderos que aquellas tribulaciones. Decía san Ambrosio que «ninguno pierda la confianza, ninguno desespere de las divinas recompensas, aunque lo remuerdan los pecados antiguos. Dios sabe cambiar de parecer, si tú sabes enmendar la culpa». Dios siempre es mayor, más grande, es el Dios de las sorpresas, como vemos en el evangelio de la fiesta de Jesucristo Rey del Universo: «¿Cuándo te vimos con hambre y te alimentamos o con sed y te dimos de beber? (...) cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,37.40).

El Señor, que permanece con los suyos, es el apoyo y la seguridad, pese a nuestras dudas y debilidades. Hay que vivir con alegría la fe cristiana. Sin duda. Dejadme, hermanos católicos, hijos de esta Iglesia de Valladolid, que os dé los diez consejos que el arzobispo de Pamplona exponía a sus fieles. Creo que él me permitirá utilizar sus palabras, sin pedirle permiso para ello:

  • 1. No tengas miedo. Dios nos quiere y está con nosotros. Jesucristo es el único Salvador. Los diosecillos del momento no han de poder con Él.
  • 2. Intenta consolidar tus convicciones. ¿Quién las ataca? ¿Con qué argumentos? ¿Con qué resultados? Jesús es verdad y es la Verdad, ayer, hoy y siempre. Contra Él no hay progresismo que valga.
  • 3. No cedas terreno. No te acobardes. Prepárate para dar razones y explicaciones de tu fe. Ten la seguridad de que nadie puede presentar otra cosa mejor.
  • 4. Descubre el valor de lo que has recibido, conoce la grandeza y la bondad de Dios, cuentas con su perdón y sus promesas de vida eterna. Tienes contigo a Jesús. Eres miembro de su Iglesia, con muchos pecadores, pero también con muchos santos, hermanos y servidores de los pobres. ¿Hay quien dé más?
  • 5. Reza más que antes. A solas. En casa. En los templos. Asegura por encima de todo la Misa de los domingos.
  • 6. Honra con buenas obras tu nombre de cristiano. No hagas daño a nadie ni de palabra ni de obra. Haz todo el bien que puedas. Pon en ello el primer valor y la principal preocupación de tu vida.
  • 7. No te dejes engañar por las propagandas del momento que siempre sirven a los intereses de los poderosos de este mundo. Jesús nos amó hasta el fin y nos dejó la verdad definitiva.
  • 8. El fundamento de nuestra vida y de todo cuanto existe es el amor y la bondad de Dios. Confía en Él, déjate llevar por Él. Responde a su amor con tu amor y tu obediencia. Vive feliz como un hijo en casa de tu Padre, como Jesús, con Él y por Él.
  • 9. Fortalece los vínculos con la Iglesia, con alguna lectura, con tus amistades, con la celebración del domingo. Que la Iglesia sea como tu familia grande. Con el amor, la fidelidad y la ternura de la Virgen María.
  • 10. Vive con alegría tu relación de fe y amor con Jesús. Él te llama cada día. Es tu mejor tesoro. Pon en Él tu corazón. Trata de conocerlo mejor. Ámale apasionadamente. Déjale ser el Salvador de tu vida. En Él tenemos la fuerza, la belleza y la alegría de la vida verdadera (texto tomado del Boletín Oficial de la Diócesis de Pamplona y Tudela, 148, septiembre 2005, 1004-1005).
  • Valgan estos consejos para acabar un Año litúrgico, y para comenzar con asombro el nuevo, el próximo domingo, y volver a vivir los misterios de Jesucristo, que nos dieron nueva vida.

    † Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Valladolid