Arzobispo
Braulio Rodríguez Plaza

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Carta semanal

La vida sigue

22 de junio de 2008


Publicado: BOA 2008, 229.


La vida de la Iglesia, de sus comunidades, como ocurre en otros ámbitos de la sociedad, pasa por distintos momentos en el transcurso del año. Durante los meses de verano la actividad pastoral normal disminuye, pero nunca se detiene, pues siempre los que formamos la Iglesia hemos de seguir a Jesucristo, hemos de escuchar su palabra, hemos de vivir la caridad y celebrar la vida divina en la celebración. Y hemos de dar siempre testimonio y orar cada día. No hay vacaciones para la vida cristiana: gozamos todo el año de ella.

En cualquier caso, me gustaría agradecer vivamente a cuantos trabajáis en los distintos campos de la actividad de la vida diocesana, en parroquias y otras iglesias, en la escuela católica o de titularidad pública, en los movimientos apostólicos o de piedad popular, en el acercamiento y acogida a enfermos y hermanos con más carencias. Me gustaría dar gracias a religiosos y otros consagrados, a los presbíteros y diáconos y a los fieles laicos, sin olvidar a tantos voluntarios y a los que formáis parte de los consejos y organismos diocesanos. Dios os premie vuestra dedicación en tantos campos de la vida de esta Iglesia. Quiera el Señor que en el tiempo estival encontréis descanso y tiempo para renovar vuestros deseos de servir, que es lo más grande.

Pero decimos: «La vida sigue». Es verdad. Y hay que pensar en el futuro más próximo. El día 28-6-2008 entregaré el Plan de Pastoral para los cuatro siguientes años. Es una entrega sencilla a toda la Diócesis, para que simplemente se conozca. Ya haremos una presentación pormenorizada en septiembre, con la programación pastoral del curso 2008-2009 y una carta mía que ayude a llevar adelante ese Plan Pastoral Diocesano. Será una publicación asequible para todos. En la presentación de septiembre nos centraremos en desentrañar todas las líneas de fuerza del Plan Pastoral.

Sólo adelanto ahora aquello que ha motivado la redacción del Plan por el Consejo Pastoral Diocesano, que ha trabajado con ahínco en este curso pastoral que en estos días terminamos: «Conoce, celebra y vive la Palabra de Dios», porque el Verbo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros; sigue, pues, hablando a los hombres en diálogo eterno, dando sentido a la vida humana.

Nos ha sorprendido ciertamente ese dato conocido no hace muchos días: los cristianos españoles somos en Europa los que menos leemos la Sagrada Escritura. ¿Cómo, pues, podemos afrontar el reto de una nueva evangelización, cómo proponer una forma de vivir que surge de Cristo, si no conocemos, en la práctica, lo que el Señor ha dicho a su Pueblo? No hemos de vivir de ideologías o de meras rutinas; necesitamos descubrir la vida fresca que nace de las fuentes de la Revelación, de las fuentes del Salvador.

Por ahí va el nuevo Plan Pastoral Diocesano. Ahora sólo os pido que, si llega pronto a vuestras manos, lo leáis en estos dos meses —se tarda poco en hacerlo—, para más adelante conocerlo y completarlo en vuestro arciprestazgo, parroquia, comunidad cristiana, movimiento apostólico o asociación a la que pertenezcáis.