Arzobispo
Ricardo Blázquez Pérez

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Carta

Encuentro Regional de Voluntariado de Cáritas de Castilla y León 2011

A los voluntarios de Cáritas

24 de septiembre de 2011


Temas: voluntariado (Cáritas).

Publicado: BOA 2011, 416.


Queridos voluntarios y voluntarias que colaboráis en las Cáritas de nuestras Diócesis:

En nombre propio y en el de los demás Obispos, haciéndome eco de nuestras comunidades cristianas y de los necesitados que se benefician de vuestra labor, quiero agradecer cordialmente y de forma pública vuestro servicio. Sin vuestra colaboración, la Iglesia quedaría inmensamente limitada para prestar la ayuda que a través de Cáritas llega a tantas personas y familias.

Como voluntarios nadie os fuerza, solo os mueve la generosidad del corazón. El voluntario de Cáritas actúa libre y generosamente. Es impulsado interiormente por la compasión del buen samaritano.

La actuación de un voluntario cristiano de Cáritas no se inspira en la reciprocidad de un trabajo prestado y de una retribución justa; tampoco el voluntario aspira a un reconocimiento social de su actividad o a una imagen elogiada en los medios de comunicación. La fuente de vuestra actuación es el amor de Dios y el amor de los hermanos. También vosotros, como san Pablo, podéis decir: «El amor de Dios nos apremia» (2Co 5,14). O, como dijo Benedicto XVI con palabras del Evangelio a los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud, el 21-8-2011 : «“Si uno quiere ser el primero, sea el último y el servidor de todos” (Mc 9,35) (…) Amar es servir y el servicio acrecienta el amor». Una forma de generosidad abre a otras más sacrificadas: a partir de un servicio gratuito estamos llamados a convertir nuestra persona en un don para los demás. Para los jóvenes, la vía del voluntariado cristiano de Cáritas puede ser un estímulo para descubrir una vocación en la Iglesia que significa la entrega personal al servicio de Dios, del Evangelio y de los otros.

La labor de los voluntarios manifiesta la identidad de la Iglesia, que además de transmitir la Palabra de Dios y de celebrar los sacramentos debe testificar el Amor de Jesucristo, Buen Samaritano. Cáritas, como organización de la caridad de la Iglesia, necesita técnicos competentes para analizar las necesidades con profundidad, para hacer a la sociedad consciente de ellas y para afrontarlas eficazmente en la parte que nos sea posible. Los técnicos son necesarios, pero los voluntarios caracterizan a Cáritas. En todo esto, la presencia y servicio de los voluntarios muestra la raíz cristiana y la inspiración permanente de los servicios caritativos. Con vuestro trabajo y cercanía emitís un rostro amable de la Iglesia que debe reflejar el Amor de Dios y la entrega de Jesucristo, que vino para servir y no para ser servido (cf. Mc 10,45).

Queridos amigos voluntarios de Cáritas, os agradecemos la dedicación de vuestro tiempo, la renuncia a otras legítimas actividades para ayudar a los demás, las incomodidades y sacrificios que comporta diariamente vuestra labor, el testimonio que nos llama a pasar de la lógica de la ganancia a la lógica de la gratuidad. La perseverancia en vuestra colaboración de voluntarios muestra con las obras y las palabras el aprecio por las personas y la acogida del amor de Dios, «derramado en nuestro corazón por el Espíritu Santo» (Rm 5,5). Al daros las gracias, queremos subrayar la eficacia de vuestro servicio como voluntarios y también la significación que tiene dentro de la misión de la Iglesia.

El Año Europeo del Voluntariado y el Encuentro de las Cáritas de nuestras Diócesis, que tendrá lugar en Salamanca el próximo 29-10-2011, es una oportunidad para agradecer abiertamente, ante la Iglesia y la sociedad, a los voluntarios de Cáritas su generosa colaboración. Cáritas es Iglesia y los voluntarios de Cáritas manifiestan de modo particular el amor gratuito de Dios, que es la fuente última de la vida y misión de la Iglesia y de los cristianos.

En la vida de los cristianos es compatible el gozo en el Señor y el servicio sacrificado a los demás. De la cruz del Señor, abrazada en la renuncia del voluntario de Cáritas, brota una serenidad y una honda satisfacción que reflejan la vida nueva del Resucitado. ¡Es verdad que hay alegría en dar y en darse!

Que al multiplicarse vuestra dedicación para responder a las numerosas personas que, golpeadas por la situación actual, acuden a Cáritas, se multiplique también la dicha que va unida a la fe y al amor cristiano.

Con afecto en el Señor os saludo cordialmente.