Arzobispo
Ricardo Blázquez Pérez

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Carta

Jornada Pro Orantibus 2012

A las comunidades
religiosas contemplativas

3 de junio de 2012


Temas: vida contemplativa.

Publicado: BOA 2012, 281.


Queridas comunidades religiosas contemplativas:

En la Fiesta de la Santísima Trinidad, a la que se une la Jornada “Pro Orantibus”, quiero saludaros cordialmente y manifestaros mi recuerdo en el Señor. En nombre de la Diócesis, agradezco a Dios vuestra vocación y misión, vuestra vida y presencia entre nosotros. La ocultación de vuestra vida no se traduce en olvido nuestro, sino en invitación a presentar a los demás cristianos vuestra manera particular de ser, vivir y actuar en la Iglesia.

Siguiendo la llamada del Señor, vivís diariamente en el claustro, en la soledad y el silencio; dedicadas a la oración personal y comunitaria, alentada por la participación en la cruz de Jesucristo; con un estilo de vida pobre, virginal y obediente, imitando de cerca los pasos de Jesús. Vuestra existencia nos anuncia con la elocuencia de los hechos que “solo Dios basta”, que Él sacia el corazón y que sin Él, aunque fuerais las dueñas del mundo, estaríais vacías. Yo os invito a que esta Jornada sea una ocasión propicia para dar gracias a Dios por vuestra vocación y para abrazarla con un amor renovado.

Aunque el paso de los años vaya acrisolando la vida y purificándola de ilusiones más o menos superficiales, aunque en muchas comunidades seáis pocas y ancianas, no perdáis el gozo del amor primero (cf. Ap 2,4). El sentido cristiano, eclesial y apostólico de vuestra vida consagrada es el mismo a través de fases luminosas, grises y oscuras. El Señor nos ha prometido: «Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20). El amor y la unidad, inspirados en Jesús, son evangelizadores (cf. Jn 13,34-35; 17,21-23). ¡Que la cotidianidad de la vida sea siempre fragua de la fidelidad, y nunca rutina y mediocridad!

La Iglesia cuenta con vuestra colaboración específica en la misión evangelizadora recibida del Señor. Contemplando a Dios se iluminarán vuestro rostro y vuestra mirada (cf. Sal 34,6); así, vuestra palabra y presencia transmitirán la fuerza y el gozo que el encuentro con el Señor va poco a poco derramando en el corazón, transformando la vida. Para los jóvenes, el conocimiento de vuestra forma de vivir y la experiencia de vuestra alegría y serenidad significan una sorpresa inesperada que con frecuencia se traduce en llamada de Dios; hallan gozo donde no lo habían imaginado. En la nueva evangelización, que está promoviendo insistentemente el Papa, sois, siendo comunidades contemplativas, una parte insustituible. Vuestra vida entera es también apostólica, es súplica y colaboración evangelizadoras.

Queridas comunidades, recibid la manifestación de mi afecto y gratitud en el Señor.