Arzobispo
Ricardo Blázquez Pérez

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Artículo

30º Aniversario del Estatuto de Autonomía de Castilla y León

Las Edades del Hombre
y la Junta de Castilla y León

25 de febrero de 2013


Temas: Fundación Las Edades del Hombre y Junta de Castilla y León.

Publicado: BOA 2013, 31; “Un patrimonio inagotable”, en: El Mundo. Diario de Valladolid, 25-2-2013, Especial, 9.


Este año se cumplen veinticinco de la primera exposición de Las Edades del Hombre, que tuvo lugar en Valladolid en 1988 . Fue una sorpresa el éxito, medido tanto por el número de visitantes como por la valoración de la crítica. Dentro de unos meses tendrá lugar en Árevalo la siguiente exposición de esta larga serie. Desde aquí quiero agradecer al equipo de pioneros e iniciadores del proyecto cultural Las Edades del Hombre, convocado por D. José Velicia Berzosa, el Comisario General de la Exposición, su intuición y su excelente trabajo. La gratitud es como el perfume de la memoria del corazón; nuestro agradecimiento también se extiende a los sucesivos comisarios y a las instituciones, y particularmente a la Caja de Ahorros de Salamanca y a la Junta de Castilla y León, que patrocinaron desde el comienzo. La buena aceptación ha coronado todas las ediciones de Las Edades del Hombre; a lo largo de todo el itinerario se ha mantenido una altura que parecía improbable. Es un proyecto cultural dilatado en el tiempo, de alta calidad y refrendado siempre por los numerosos visitantes. El éxito reiterado se debe a varios factores: la calidad de las piezas seleccionadas, el marco de las catedrales y templos donde se han celebrado las muestras, y el guion catequético en el que de manera profunda y pedagógica se han hilvanado los elementos expuestos, recuperando así la razón de ser de su nacimiento; el origen es clave para comprender su sentido, y lo que nació de una inspiración religiosa y artística en simbiosis vital, es bueno que sea de nuevo percibido de manera semejante. La gente sencilla se ha visto implicada; la comprensión produce una satisfacción peculiar que se convierte en invitación para visitar la siguiente exposición. Contemplar a grupos de niños visitando con interés las muestras es motivo de gozo y esperanza.

Los treinta años de la Junta de Castilla y León son una oportunidad para reconocer también su creciente apoyo; con buen sentido, ha comprendido la relación entre pueblo e historia, rico patrimonio y legítimo orgullo, herencia extraordinaria recibida y rendimiento actualizado en forma de visitantes, de conocimiento, de estima, de relación con otros pueblos y regiones, de recursos económicos. La Iglesia en Castilla y León quiere continuar prestando esta colaboración a la sociedad, al tiempo que cumple su misión. Conservar, restaurar, evangelizar con el patrimonio recibido es parte de su misión.

Nuestro pasado debe ser recordado, mantenido vivo, y convertido en lección y estímulo. El pasado religioso hecho arte, piedad e idiosincrasia fundidos en una pieza no es lastre, sino motivo de sano orgullo, posibilidad y fuerza para el vivir diario. Con palabras de Bertold Brecht, citadas por el primer comisario de Las Edades del Hombre: «El que quiera dar el gran salto ha de retroceder unos pasos. El hoy, alimentado por el ayer, desemboca en el mañana». Las raíces que muestran las sucesivas exposiciones están vivas y poseen capacidad para reforzar la identificación con nuestro pueblo en el pasado y en el presente. Este patrimonio inagotable y digno de admiración refleja una sociedad en otro tiempo rica, muy poblada, con hondos sentimientos religiosos, con artistas geniales y con instituciones que respetaron, cultivaron y favorecieron todas estas posibilidades. Cuando el pueblo se siente identificado con algo, es porque ahí escucha el pálpito de su alma.

Nos alegramos de que la Junta de Castilla y León apoye efectivamente con esfuerzos y garantía de continuidad esta iniciativa cultural tan acreditada, seguramente de las más importantes en España durante los últimos decenios. Castilla y León es más que un territorio extenso y escaso de población; es una historia larga y con un protagonismo singular en otro tiempo; es una forma de vivir y de sentir; es una manera de ser persona de alma ancha y abierta; su conciencia viva alienta en estas exposiciones. Las muestras, que con algunas obras han hecho incursión en el presente, nos muestran la sobriedad de las gentes, que se ha traducido en un uso responsable de los recursos. También han mostrado el envejecimiento, el éxodo y la despoblación, los esfuerzos para continuar viviendo en este hábitat con dignidad y a la altura del tiempo. La memoria del pasado es también acicate de cara al futuro. Nuestro pueblo expone generosamente su historia, pero pide con razón solidaridad a todos y se empeña en construir un futuro que afiance y enriquezca su personalidad en el tiempo presente.

Las Edades del Hombre, este proyecto cultural de largo alcance, nos ofrece una oportunidad preciosa para mantenerlo y alentarlo, al cumplirse los treinta años de la Junta de Castilla y León.