El 14 de mayo de 1733, solemnidad aquel año de la Ascensión, el P. Hoyos, daba gracias después de comulgar, con los demás estudiantes teólogos, en el presbiterio de la hoy Basílica de la Gran Promesa. Y al lamentar en su interior la ignorancia sobre esta espiritualidad en España, “me dijo Jesús: REINARÉ EN ESPAÑA Y CON MÁS VENERACIÓN QUE EN OTRAS PARTES”.

No se trata de una “competencia” o campeonato entre partes o naciones. Lo que a nuestro propósito puede deducirse de esta gracia es que se hace al P. Hoyos instrumento para dar a conocer esta espiritualidad en España y América (La España de 1733).
“...y hace a los españoles la honrosa encomienda de trabajar más intensamente por el reino de cristo, la civilización del amor, especialmente en España y todo el ámbito cultural de la Hispanidad”.