Los jóvenes de la diócesis de Valladolid nos juntamos el 17 y 18 de febrero en el colegio salesiano de Arévalo para profundizar sobre la importancia que tiene la Biblia en la vida cristiana, unas jornadas de convivencia llenas de alegría y emoción. Unidos al tiempo de cuaresma en el que nos encontramos, también nos paramos a pensar en la necesidad de conversión, y en la gracia de la que continuamente precisamos para seguir mejor a Jesús.
Durante estos días pudimos descubrir que la Biblia es ante todo Palabra de Dios, mensaje de amor de un Padre misericordioso y propuesta de compromiso ante los desafíos de nuestro tiempo. Da igual en que momento de la Historia nos encontremos, la Palabra de Dios será siempre un relevante mensaje de actualidad para todas las personas, mensaje que nos interpelará en cada situación de la vida.
Todos los participantes pudimos disfrutar de múltiples momentos de compartir: juegos, gymkanas, vigilia de oración, coloquio, celebración de la Eucaristía, encuentro interpersonal, etc. Es una alegría saber que una vez más contamos con la presencia de jóvenes de diversas parroquias y realidades, un evento pensado para jóvenes de institutos y universidad. Para ello contamos con el compromiso de distintos órganos de la diócesis: Seminario Diocesano, Acción Católica General, Pastoral Universitaria, Equipo de Pastoral Juvenil, etc. Nuevamente ha sido una experiencia de profunda comunión diocesana y eclesial en la que cada uno ha aportado lo necesario para que todos los participantes se llevaran una experiencia singular llena de vida e inquietud, un gran ejemplo de dones puestos al servicio tal y como narra San Pablo a los Corintios (1 Co 12).
Caben destacar dos momentos especiales: por un lado el diálogo que los jóvenes mantuvimos con nuestro obispo auxiliar, y por otro las propuestas que por grupos de origen se hicieron para recaudar fondos, concienciar y evangelizar a través de diversas iniciativas en favor de Manos Unidas. Estas propuestas, que fueron formuladas por los jóvenes, se llevarán a cabo durante el resto del curso en las distintas parroquias con una clara visión de conjunto, en la que todos somos partícipes y responsables de hablar de Dios a nuestros hermanos como discípulos misioneros, tal y como nos plantea el Papa Francisco en Evangelii Gaudium.
Y si bien terminamos algo cansados, no por ello dejaremos de esforzarnos una vez más, y otra también, en la organización de estas actividades, cuyo fin es la evangelización y el acompañamiento de los jóvenes de nuestra diócesis. En definitiva, una experiencia de pastoral del siglo XXI para jóvenes del siglo XXI.
Ángel Álvarez
Miembro del Equipo de Pastoral Juvenil
