El Nuncio visita Valladolid por los 500 años de la llegada a Filipinas del Santo Niño de Cebú

El Nuncio visita Valladolid por los 500 años de la llegada a Filipinas del Santo Niño de Cebú

17 abril, 2021

Hace quinientos años, la segunda semana del mes de abril de 1521, Fernando de Magallanes regaló a la Reina Humamay (Juana) de Cebú la imagen de Santo Niño. Este es uno de los acontecimientos históricos más relevantes del Viaje de la Primera Vuelta al Mundo (1519-1522), que daría paso a la evangelización del Archipiélago Filipino y que sería la puerta para la difusión de la fe cristiana en el Extremo Oriente, en la que los misioneros agustinos han estado involucrados desde 1565.

 
Para conmemorar este acontecimiento se ha celebrado hoy sábado en Valladolid una Eucaristía en la parroquia San Agustín del Real Colegio Seminario de los PP. Agustinos. La ceremonia estará presidida por el Nuncio de Su Santidad el Papa en España, D. Bernardito Auza, de nacionalidad filipina, acompañado por D. Ricardo Blázquez, cardenal arzobispo de Valladolid. y por un gran número de padres agustinos y estudiantes del Estudio Teológico Agustiniano. Antes de la misa, el nuncio visitó con detenimiento el Museo Oriental que se encuentra en el mismo Real Colegio Seminario, donde disfrutó con las obras de arte de China, Filipinas, Japón, Iquitos (Perú) e India, traídas a lo largo de los siglos por los misioneros agustinos en los países citados o adquiridas en los últimos cuarenta años.

 

 

 

Cabe resaltar que desde el Real Colegio Seminario de Valladolid y del Monasterio de Santa María de la Vid (Burgos), donde encontramos también dicha imagen, han salido, a lo largo de los siglos, unos 2500 religiosos agustinos como misioneros hacia Filipinas, China y Japón, y posteriormente a Latinoamérica, India y África.

 

Monseñor Auza, ha destacado la importancia de este quinto centenario de la llegada de España a Filipinas que es “para la Iglesia en nuestro país es el quinto centenario de la llegada del Evangelio”. “Yo nací a unos kilómetros de la Basílica del Santo Niño de Cebú, pero en otra isla (…) y al Santo Niño se le tiene una devoción enorme en nuestro país”.

 

Monseñor ha apuntado que el valor del museo vallisoletano “está en el hecho de que es un museo de ‘otro mundo’, que habla de otros pueblos, de otras culturas y que da la oportunidad de conocer el oriente a las gentes que no pueden viajar. Es como un libro de historia y de cultura de nuestra parte del mundo”.

 

El Nuncio en España ha reconocido “tener mucho trabajo” por delante con la docena de vacantes episcopales que hay en España, y ha asegurado que lo afronta “trabajando doce horas al día”. Cada nombramiento, ha dicho, exige tener en cuenta muchas cuestiones, muchas consultas, mucho conocimiento de la realidad y del perfil de cada diócesis y de cada candidato. “Somos un equipo de tres diplomáticos de Roma”, aunque al trabajo digamos documental, hay que sumar los viajes, porque la encomienda que le hizo Santo Padre incluye tambén el conocimiento de la realidad de las distinras diócesis.

 

Desde el año 1565, con la llegada a la isla de Cebú de la expedición de Legazpi-Urdaneta en la que, además del agustino Urdaneta, iban otros cuatros religiosos agustinos, la imagen del Santo Niño ha estado ligada a los agustinos, convirtiéndose en el patrono de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas desde el año 1575, en que dicha Provincia fue confirmada y agregada a la Orden de San Agustín.

En honor de la imagen del Santo Niño se construyó en 1565, en la ciudad de Cebú, una capilla, a la que posteriormente se han ido sucediendo varias iglesias hasta la actual basílica y convento, que datan de 1739. Desde la llegada de la imagen a Cebú, esta ha sido venerada, primero como un ídolo pagano y, con la llegada de los agustinos, como el Hijo del Dios de la Vida.

 

A lo largo de los siglos el pueblo filipino se ha encomendado al Santo Niño de Cebú. Le ha rezado, ha ido en peregrinación al lugar donde se encontraba, ha hecho sacrificios y solicitado su actuación milagrosa. En 1965 el papa Pablo VI le concedió a la iglesia el título de “Basílica Menor” y fue declarada también ese año “Monumento Nacional”. El tercer domingo del mes de enero de cada año se celebra su fiesta con actos multitudinarios en la ciudad de Cebú y en otros lugares de las Islas Filipinas, así como del resto de los países del mundo donde se encuentra viviendo y trabajando el pueblo filipino.