“El Sínodo es un entrenamiento para, caminando juntos, abrirnos al discernimiento para ver cómo evangelizar en este cambio de época”.

“El Sínodo es un entrenamiento para, caminando juntos, abrirnos al discernimiento para ver cómo evangelizar en este cambio de época”.

31 enero, 2023

El arzobispo de Valladolid, don Luis Argüello, participó ayer en una de las sesiones de la  Formación Permanente del Clero y presentó a los sacerdotes diocesanos el último documento de la Conferencia Episcopal Española, uniéndolo precisamente con el momento sinodal que estamos viviendo.

Sobre este último, aseguró que es una “nueva llamada de atención a acoger el Concilio” para discernir cómo actuar en un momento singular del devenir histórico”, que definió como “cambio de época, o como muchos destacan, un cambio de era”. “El Sínodo es, por así decir, una especie de entrenamiento para, caminando juntos, abrirnos al discernimiento para ver qué nos pide el Señor para evangelizar en este cambio de época”, señaló, tal y como apuntan desde la diócesis de Ávila.

Recogiendo el versículo de Isaías que fundamenta las conclusiones del Sínodo, don Luis afirmó que estamos convenidos “y con confianza en que el Señor puede fecundar de nuevo su Iglesia y engendrar nuevos hijos. Pero para ello hemos de tener en cuenta las estacas firmes que hacen que la tienda pueda sostenerse”.

Entre lo más destacado de las conclusiones de estas primeras fases del Sínodo, apuntó cuatro fundamentales:

  • LA ESCUCHA con deseo de inclusión radical, en la que aparece la pluralidad y la diversidad “eclesial y social”.
  • EL IMPULSO HACIA LA MISIÓN, recordando la importancia de la dimensión de la Iglesia como Misterio. En este punto ha recordado cómo la cuestión sobre la Eucaristía ha aparecido “en los cuestionarios de todas las diócesis, lo cual nos demuestra que es lo verdaderamente significativo. Hemos de tener en cuenta que la Iglesia es para la misión, y la Iglesia es del Señor. Si estos dos conceptos se debilitan y sólo se hace un análisis reflexivo de la Iglesia o de la sociedad, existe el riesgo de que éste esté trufado de ideologías”.
  • LA CONSTRUCCIÓN DE ESTRUCTURAS Y PERSONAS que permitan ese desarrollo de la misión, comprendiendo el ministerio jerárquico y la colegialidad, y su relación con las decisiones que se toman en la Iglesia. Para ello, el Arzobispo de Valladolid ha apostado por la presencia activa en las diócesis de la Acción Católica General como cauce de esas tomas de decisiones, ya que propicia la participación de personas realmente formadas.
  • LA LITURGIA, ya que esta cuestión ha sido muy recalcada en este proceso sinodal, al aparecer en numerosos cuestionarios como una demanda de “mejorar nuestra celebración”.

“Al final, las claves en este camino de discernimiento común gira en torno a la Liturgia, la Iniciación Cristiana (cómo conseguir nuevos hijos de la Iglesia) y el diálogo con el mundo contemporáneo en este cambio de época. Y para ello necesitamos un mayor esfuerzo para dar una perspectiva católica, con capacidad de integrar las cosas: una comunión no sólo de afectos, sino de asuntos, pues todo está más interrelacionado de lo que parece”, apostilló nuestro arzobispo.

Instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad

Y en esa interrelación, don Argüello presentó el documento de la CEE “El Dios fiel mantiene su alianza» (DT 7,9), que se aprobó en la Asamblea Plenaria de noviembre de 2022. Se trata de un Instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad que se ofrece a la Iglesia y a la sociedad española desde la fe en Dios y la perspectiva del bien común. El Arzobispo vallisoletano, que ya lo presentó en Madrid en rueda de prensa y en Valladolid, en el club de opinión Santiago Alba, lo definió como “un documento de trabajo que parte del diagnóstico de la situación española, que nos habla de la desvinculación del ser humano (del otro, del cuerpo, de la realidad y de Dios)”.

“La intención de este documento no es otra que abrir un diálogo en la Iglesia y desde la Iglesia con la sociedad, abordando asuntos que están en la plaza pública: el aborto, la eutanasia, la violencia en los hogares, el paro y las formas de trabajo inestables, el Estado del bienestar, la situación de las residencias, las leyes educativas, … Todo ello tiene un trasfondo atropológico y social íntimamente relacionado con un catalizador común, como es la familia”.

El prelado admitió que el capítulo de causas y consecuencias que aparece en el documento “ha sido lo que más polémica ha generado. Y es que, ante una época constructivista como la nuestra, se nos pide una propuesta deconstructora”. Para ello, y recorriendo las distintas leyes actuales, se impone un “diálogo social necesario sobre una reformulación del Estado del Bienestar, pues hay cuestiones básicas que necesitan dicho diálogo. La novedad es la propuesta de la Iglesia de un diálogo donde primer la persona trinitaria y humana”.