La actividad de Cáritas en Valladolid confirma los problemas de sus beneficiarios para acceder a una vivienda y hacer frente a los gastos del día a día

La actividad de Cáritas en Valladolid confirma los problemas de sus beneficiarios para acceder a una vivienda y hacer frente a los gastos del día a día

16 junio, 2025

El próximo 22 de junio, coincidiendo con la Solemnidad del Corpus Christi, la Iglesia celebrará el Día de la Caridad. Una oportunidad para “resaltar la vinculación entre la comunidad (cristiana) que se reúne, especialmente, cada domingo en la Eucaristía y la acción caritativa y social que la Iglesia realiza a través de Cáritas”, según ha destacado el Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, don Luis Argüello, durante la presentación de la Memoria Institucional de la entidad en la Archidiócesis de Valladolid.

Una Memoria que confirma la solvencia de Cáritas Diocesana de Valladolid, de cuya labor de acompañamiento, sostenida en un 70 por ciento por fondos procedentes de donaciones de particulares y entidades privadas, que se han incrementado en un seis por ciento, se beneficiaron durante 2024 un total de 11.526 personas, según estiman desde la propia entidad. “Muchas” de ellas, “personas invisibles”, según ha explicado Guenther Boelhoff, director de Cáritas Diocesana de Valladolid, a las que únicamente atiende Cáritas por quedar fuera de los requisitos establecidos por las administraciones públicas para acceder a otro tipo de ayudas.

Boelhoff ha destacado, además, la “transversalidad” de la entidad, ya que el 35 por ciento de las personas que fueron acompañadas en este mismo período de tiempo en la provincia de Valladolid lo fueron en “dos o más programas”. Y es que esta es la vocación de Cáritas: “Ver a la persona en su conjunto”. De tal manera que, por ejemplo, pueda ofrecer a las personas que acompaña itinerarios “personalizados que se convierten en procesos de salida, recuperación y promoción para muchas personas y familias”, como así se ha demostrado en el ‘Programa de Empleo y Economía Solidaria’, donde 302 personas, de las 1.648 atendidas durante 2024, consiguieron un empleo. Una cifra especialmente significativa cuando se trabaja con perfiles especialmente vulnerables, como es el caso de Cáritas.

La vivienda: “Situaciones injustas”

Del total del gasto realizado por Cáritas Diocesana de Valladolid en 2024, que ascendió por encima de los 3,9 millones de euros, la mayor partida fue destinada a los más de 2.000 hogares a los que la entidad acompañó a través de su ‘Programa de Acogida y Atención Primaria’, del que se beneficiaron 7.626 personas.

A este programa, donde se incluyen, entre otras, ayudas directas para el pago de alquileres o suministros del hogar, se destinaron más de 700.000 euros, lo que supone un incremento de más de 100.000 euros en un año. En parte, debido al incremento del precio de la vivienda que, según un análisis realizado por la propia entidad, está abocando a muchas familias con recursos limitados y sin otras redes de apoyo “a mudarse cada tres años” ante las dificultades para hacer frente a los gastos del alquiler y, al mismo tiempo, a los gastos del día a día.

De ese mismo análisis se desprende que “el 51 por ciento” de las familias analizadas por Cáritas “dedican más del 30 por ciento de sus ingresos solo al pago de la vivienda”. A este respecto, el Arzobispo de Valladolid ha querido hacer un llamamiento: “Yo sé que el problema de la vivienda es un problema complejo. Y sé también que hay muchas personas que han hecho a lo largo de su vida una inversión en vivienda, que es algo legítimo. Pero el llamamiento que quiero hacer, especialmente a los cristianos que tienen una vivienda y la ponen en el mercado, es que se planteen si los precios de mercado han de ser los precios a los que alquilar la vivienda o si estamos llamados a realizar aquí un ejercicio concreto de solidaridad. Quizás, el precio de la renta no tenga que venir marcado por las realidades especulativas de este momento o las diversas circunstancias que vivimos, sino plantearnos otra forma de hacer”.

Esa propuesta del prelado vallisoletano pasa por “combatir el mal a fuerza de bien”, apelando a la caridad, que “no es una limosnilla”, ha advertido, para que “voluntariamente” los propietarios alquilen sus viviendas por debajo de los precios de mercado. “Es que, si no”, ha proseguido reflexionando monseñor Argüello, “yo tengo la impresión de que nunca acabamos de asumir nuestra responsabilidad ciudadana y cristiana. Siempre echamos balones fuera diciendo que son otros los que tienen que solucionar los problemas”. “Lógicamente”, ha continuado, “nosotros defendemos los derechos, pero los ciudadanos también tenemos deberes”. “Y es a lo que yo apelo”, ha concluido, consciente de que “no es algo que se pueda exigir por un reglamento, sino que es un deber de amor” y convencido también de que “la sociedad de la reclamación de derechos solo nos lleva a un callejón sin salida” porque “el Estado del Bienestar es insostenible, si solo se vive desde la lógica de los derechos”.

Las dificultades para acceder a una vivienda digna derivan en ocasiones en “situaciones injustas”, “de abuso” e, incluso, “de hacinamiento”, como ha denunciado Boelhoff y de las que ha tenido conocimiento Cáritas en su labor de acompañamiento a personas que viven en inmuebles realquilados, donde conviven en una misma habitación familias enteras.

Mientras haya personas, hay esperanza

Durante 2024 Cáritas, además, acompañó a casi 600 personas sin hogar en la provincia de Valladolid, a más de 200 con adicciones y privadas de libertad y a cerca de 400 que necesitaron acompañamiento psicológico y emocional. Pero detrás de estas cifras hay “rostros concretos” e “historias de vida que, en muchos casos, nos hablan de sufrimiento y de un mundo herido”, como ha remarcado José Colinas, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Valladolid.

Rostros e historias a las que dedican su tiempo las 466 personas voluntarias que, junto a 71 trabajadores, desarrollaron los 115 proyectos en los que Cáritas Diocesana de Valladolid estructuró toda su acción a lo largo de 2024. Voluntarios y trabajadores para los que el Día de la Caridad supone también un reconocimiento a su labor, este 2025, Año Santo, bajo el lema ‘Mientras haya personas, hay esperanza’.