La Campiña del Carmen de Valladolid se pone ‘romera’ para celebrar el Lunes de Pentecostés y retomar el Tiempo Ordinario en la Iglesia
9 junio, 2025Como es tradición, desde que se recuperara esta fiesta hace ya casi dos siglos, la Campiña del Carmen de Valladolid se ha puesto ‘romera’ para celebrar este Lunes de Pentecostés en el Santuario de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros, donde desde las seis de la mañana se celebran este 9 de junio misas, prácticamente, cada hora en honor de esta antiquísima y asentada devoción mariana. Precisamente, el mismo día en que la Iglesia universal celebra la fiesta de María, Madre de la Iglesia.
Especialmente concurrida ha estado la Misa Mayor que, tras ser anunciada con el impetuoso tañer de las campanas del templo, ha estado presidida por el Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), don Luis Argüello, ante cientos de fieles y cofrades del Carmen de Extramuros, en comunión con una amplia representación de otras hermandades de gloria y penitenciales, así como el alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, Mayte Martínez, concejal en el Ayuntamiento de Valladolid, y Ramiro Ruiz Medrano, procurador en las Cortes de Castilla y León.
La Iglesia vallisoletana retoma, así, el Tiempo Ordinario después de este “gran tiempo” de Cuaresma, Pasión y Pascua. Una Pascua, la de 2025, en la que ha querido detenerse monseñor Argüello porque “ha tenido una característica muy especial”, debido al fallecimiento del Papa Francisco, quien instituyó la fiesta de María, Madre de la Iglesia, y la llegada del nuevo Papa, León XIV.
En esta fiesta del Lunes de Pentecostés, en la que la Campiña vallisoletana ha mirado con fervor a María en su advocación de la Virgen del Carmen, el prelado vallisoletano ha ensalzado el principio mariano, el principio “de quien acoge el don del Espíritu Santo, de quien da carne al Hijo de Dios por la fuerza del Espíritu Santo y lo ofrece, ofreciendo con él la salvación”. De esta visión de la Virgen, como madre, se entiende que acudamos a ella “para que nos lleve por su mano a Jesús” en un caminar, el de la Iglesia, que “no nos resulta fácil en tantos y tantos asuntos de la vida”, ha señalado monseñor Argüello, “tratando de conjugar verdad y misericordia, tratando de poner en relación: justicia y perdón”.
El verde esperanza de las velas se ha entremezclado con el marrón y blanco carmelitanos, con el canto emocionado de la Salve al concluir la Misa Mayor, con las lágrimas que producen los reencuentros que, tal vez, se reservan para un único día del año, este Lunes de Pentecostés en el que se abren las puertas del Santuario y las imágenes de Ntra. Sra. del Carmen (Gregorio Fernández) y San José (¿Luis Salvador Carmona?), ambos con el Niño en brazos, salen en procesión, precedidos por una representación de la Virgen del Carmen “Niña”, y el polvo de la Campiña allá, extramuros, se eleva entre las flores que caen en ‘petalada’ cuando María asoma por el dintel de la puerta del Santuario. Y salen en procesión, por cierto, también a hombros de varios jóvenes que recogen y hacen suya esta antigua devoción popular.
Devoción popular que, precisamente, el Arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE ha llamado a “cuidar” en el sexto punto de su recién defendido “Programa 2033: Esta es la hora del amor”.