La celebración del Triduo Pascual nos “reconduce” al hecho inherente de la fe cristiana: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo

La celebración del Triduo Pascual nos “reconduce” al hecho inherente de la fe cristiana: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo

14 abril, 2025

En Valladolid y provincia, la Semana Santa vuelve a llenar de fe y tradición las calles de la ciudad y de varias localidades de la zona. Los cofrades están preparados con sus hábitos y sus hachones encendidos; los pasos vestidos de gala y las bandas afinando sus cornetas y tambores para vivir con recogimiento y devoción la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

 Aunque es importante sentir y vivir la devoción a pie de las procesiones, cuando llegan estas fechas es relevante que nos hagamos una pregunta. ¿Cómo vivir con intensidad estos días y de manera especial el Triduo Pascual? Teniendo en cuenta que “el misterio de la Pascua” es el epicentro de la vida como cristianos, Guillermo Camino, consiliario de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid, afirma con rotundidad que la respuesta es clara: “preparándolo”. Lo compara con la consigna que Jesús dio a sus discípulos, “id y preparadme la Pascua”. “Pongamos en el centro de las celebraciones el misterio de lo que celebramos. Vivamos aquello que queramos manifestar”, apunta Camino.

Los tres días que configuran el Triduo Pascual son denominados “santos” porque nos hacen “revivir” el evento central de nuestra “redención”. De hecho, nos reconducen al hecho “esencial” de la fe cristiana, “la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo”. Es por ello, que entendemos, explica el consiliario de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid, que en la Pascua “es el Señor quien va por delante de nosotros” y quien dispone todo “para que este encuentro sea real”. Aunque no duda en señalar que es imprescindible, también, estar predispuestos “a vivir con intensidad el misterio que cada día vamos a celebrar”.

Acudiendo a las celebraciones “con ánimo de recibir la totalidad de los signos, cultivando el silencio contemplativo y con la acogida a las personas de paso”, insiste, en que estos encuentros serán “plenos” y podremos mostrar lo más significativo de nuestra comunidad y el porqué, “celebramos lo que celebramos”. “Es un esfuerzo de nuestras Juntas de Cofradías y en diálogo con las instituciones el ofrecer un entramado de itinerarios que diversifiquen la presencia de todas estas personas a lo largo y ancho de nuestra provincia, desde el desenclavo en Villavicencio hasta la Bajada del Ángel en Peñafiel; a las procesiones de Nava del Rey, Tordesillas, Olmedo, … con réplicas de primer orden de los pasos referentes de los siglos XVI y XVII que configuran los conjuntos de las tres procesiones declaradas de Interés Turístico Internacional” (Valladolid, Medina de Rioseco y Medina del Campo).

El Triduo Pascual en Valladolid

En el Jueves Santo, la Iglesia recuerda la Última Cena durante la cual el Señor, en la víspera de su Pasión y Muerte, instituyó el sacramento de la Eucaristía y el del sacerdocio. Precisamente, al inicio del Triduo Santo, el 17 de abril a las 10:30h. en la Santa Iglesia Catedral, celebraremos la Misa Crismal, en la que el arzobispo, don Luis Argüello, presbíteros y diáconos, renovarán las promesas que realizaron el día que recibieron el sacramento del Orden. Como es tradición, durante esta celebración también se procederá a la consagración del Santo Crisma y la bendición de los óleos que se utilizan en la administración de cuatro sacramentos: bautismo, confirmación, orden y unción de los enfermos.

“Es un momento muy importante para la vida de la comunidad diocesana que, reunida en torno a su pastor, resalta la propia unidad y la propia fidelidad de Cristo, Único, Sumo y Eterno sacerdote”, según explica Guillermo. Para significar “esta unidad”, se invita de manera especial a asociaciones de laicos y a las propias cofradías, a participar de esta hermosa celebración. Mientras, a las cinco de la tarde del Jueves Santo, en la Misa de la Cena del Señor, evocaremos la Última Cena, cuando Cristo se nos dio a todos como alimento de salvación, “como medicina de inmortalidad”. Una celebración en la que también actualizaremos el mandato del Señor: “Haced vosotros lo mismo”, realizando el particular signo del “lavatorio de pies”.

El consiliario de la Junta de Cofradías manifiesta que la Iglesia no prevé la celebración de la Sagrada Eucaristía en la jornada del Viernes Santo, pero asegura que “la asamblea cristiana se recoge para meditar en el gran misterio del mal y el pecado que oprimen a la humanidad” en la Celebración de la Pasión del Señor que también acogerá la Seo Metropolitana a las 17:00h.

Con el “profundo silencio” identificamos a la jornada del Sábado Santo en la que esperamos junto a María “el gran evento de la resurrección”. Un cambio escénico de los “signos del viernes” a la “alegría de la Pascua”. Será durante la Vigilia Pascual, “en la oscuridad de la noche”, cuando se prenda el fuego del que arderá el cirio pascual, “símbolo de Cristo que resucita glorioso”.  Y de esta manera, nos introduciremos en el Domingo más importante de la historia, “el de la Pascua de Cristo”, con la celebración de la Misa Pascual a las 11:00h, también presidida por Monseñor Argüello y tras la que impartirá la Bendición Apostólica.

“Invitamos a María con nuestros cantos y advocaciones a alegrarse porque verdaderamente ha resucitado el Señor”. Nos exhorta Camino a que nos dejemos guiar por María, quien “ha acompañado al Hijo divino en el camino de la Pasión y de la Cruz”, además de animarnos a participar, “con la fuerza de la fe”, en el “actuar de su designio de salvación”.