Archidiócesis de Valladolid

El Año Santo, una esperanza para la “transformación personal y social” también desde Valladolid

20 de noviembre de 2025


El pasado miércoles, 19 de noviembre, concluyeron, con la intervención del fiscal Luis Ángel Ortega, las jornadas ‘La esperanza después de la trata’, organizadas por la comisión creada en la Archidiócesis de Valladolid para impulsar desde su Servicio de Desarrollo Humano Integral el proyecto social promovido por la Conferencia Episcopal Española (CEE) con motivo del Año Santo que está celebrando este 2025 la Iglesia Católica bajo el lema ‘Peregrinos de Esperanza’. Proyecto que tiene como objetivo visibilizar la realidad de la trata de personas, la explotación sexual y laboral, orar por y con sus víctimas, así como arrancar del conjunto de la ciudadanía su compromiso para ponerle freno a este drama al que la Iglesia, a través de distintas congregaciones y entidades, viene dando respuesta desde hace más de un siglo.

María Francisca Sánchez, directora del Secretariado de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana en la CEE y del Departamento de Trata de Personas, también de la CEE, defendió que un Año Santo "se queda un poquito corto, si no tiene un efecto de transformación personal y social". Por este motivo, defendió el proyecto social escogido por la Iglesia española para este Jubileo Ordinario, ya que "la trata de personas", expuso citando al Papa Francisco, "es la esclavitud del siglo XXI" y "las víctimas nos gritan, nos piden ser sacadas de esta esclavitud” que, advirtió, "sigue creciendo". También en España.

En su ponencia, titulada ‘La trata de personas. Motivos para la esperanza en el Año Jubilar’, remarcó que la esperanza "es nuestra guía" y que "la Iglesia tiene que ser esperanza para quienes sufren", pero también animó a que esa misma Iglesia (y sus miembros) sea "receptora" de la esperanza que ofrecen los "testimonios" de las mujeres que, con ayuda de congregaciones religiosas, como las Adoratrices y las Oblatas, y entidades ligadas a la Iglesia Católica, como Cáritas y Red Íncola, han logrado salir de una situación de trata y/o explotación sexual y/o laboral.

Mejorar la identificación

Las jornadas organizadas conjuntamente por la Archidiócesis de Valladolid, Adoratrices, Oblatas, Cáritas y Red Íncola, comenzaron el 5 de noviembre con la intervención de Carmen Meneses, investigadora, quien defendió que el término explotación sexual para referirse a la situación de las mujeres que son víctimas de trata se queda “corto”. Su situación, sostuvo, es de “dominación” y de “esclavitud”.

Desde su propia experiencia, entrevistando para sus investigaciones académicas a mujeres víctimas de trata, explicó que al escucharlas "se me quitaba el hambre" con sus relatos en primera persona. En este punto, ensalzó la labor que llevan a cabo las Hermanas Oblatas del Santísimo Salvador, que en Valladolid están al frente del Centro Albor, donde solo del 1 de enero al 30 de septiembre de 2025 se atendió a 583 mujeres. Son "un modelo a seguir", afirmó Meneses, expresando públicamente su admiración por el acompañamiento que estas religiosas y sus técnicos —en su mayoría, mujeres— llevan a cabo diariamente para ofrecer una salida a las víctimas de trata, con el objetivo de lograr su autonomía plena y su reintegración social, cultural y laboral.

Para Meneses, profesora del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia de Comillas, uno de los desafíos de esta realidad social implicaría una "mejora" en los procesos de identificación de las víctimas de trata. Y, para ello, invitó a las autoridades a apoyarse en las ONG, que, a su juicio, son las que "mejor" identifican a esas víctimas. Invitó a apoyarse, específicamente, en sus equipos psicosociales, pero sin olvidar que sería necesaria también la presencia de abogados especializados del Turno de Oficio.

Trabajo en red

Por su parte, Luis Ángel Ortega, fiscal provincial del Juzgado de Instrucción Número 4 de Valladolid, ofreció una visión jurídica de un asunto, como es la trata de personas, que tiene una normativa "dispersa" y "árida", según reconoció, "por la cantidad de derechos que se ven implicados", pero que ha suscitado, destacó, la "colaboración" entre estados "para llevar a cabo una acción global" contra la trata de seres humanos. Este hecho, apuntó, demuestra la "importancia" que tiene esta realidad. Realidad que, en su experiencia como fiscal, está relacionada en el 80 por ciento de los casos con trata con fines de explotación sexual y, en un 20 por ciento, con fines laborales.

Ortega explicó haberse encontrado, incluso, con casos en los que las víctimas eran menores de edad. Personas que "se derrumban", ejemplificó, cuando, debido a las circunstancias en que trabajan, necesitan asistencia sanitaria y, en esos servicios sanitarios, acaban sincerándose sobre su situación. También parte de las denuncias que llegan, principalmente, a la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía Nacional proceden de "conocidos" de estas personas, que deciden poner en conocimiento de las autoridades la situación de las víctimas de trata.

Pero el fiscal señaló, al igual que la investigadora Carmen Meneses, que el trabajo que hacen las entidades sociales es "esencial", por lo que apeló a su "colaboración". En este sentido, recordó que las personas a las que ofrecen acompañamiento son "al mismo tiempo, víctima y testigo" para "perseguir" al tratante y "evitar", así, que siga perpetuando una actividad delictiva. Reconociendo la dificultad que supone, incluso, para esas mismas entidades sociales ganarse la "confianza" de las víctimas, insistió en el hecho de que en el ámbito judicial es necesaria una "prueba" para lograr una condena.

Talleres de sensibilización

Finalizadas las jornadas ‘La esperanza después de la trata’, la Archidiócesis de Valladolid, Adoratrices, Oblatas, Cáritas y Red Íncola siguen ofreciendo distintas acciones de sensibilización sobre el drama de la trata de personas, la explotación sexual y laboral.

Recientemente, se ampliaron los talleres que se están impartiendo en parroquias y centros diocesanos. Estos talleres, que están sirviendo también para dar a conocer la respuesta de la Iglesia a este drama, llegarán el viernes 21 de noviembre a la Parroquia de María Milagrosa y el jueves 4 de diciembre a la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar, ambas en Valladolid capital.