Archidiócesis de Valladolid

La Capilla del Colegio Sagrado Corazón-Anunciata reabre de nuevo sus puertas para la atención del centro escolar

28 de octubre de 2025


La comunidad educativa del Colegio Sagrado Corazón-Anunciata ha celebrado ayer la reapertura de su capilla con la Eucaristía presidida por el Arzobispo de Valladolid, don Luis Argüello.

La conocida como iglesia de San Mateo, fundada en 1956 y elevada a la categoría de parroquia en 1969, es actualmente la capilla de este centro escolar, perteneciente a las Dominicas de la Anunciata. Fue hace trece años cuando su actividad como parroquia cesó, y años más tarde, el mal estado del tejado provocó el cierre del templo.

Tras las pertinentes obras acometidas por el propio centro educativo, para Monseñor Argüello, la reapertura de la capilla posibilita que “el fuego vivo del Corazón de Cristo esté aquí, ardiendo”. Además de pasar a ser de nuevo “un lugar habitado por la presencia real de Jesucristo en el Sagrario”, como lo fue en el día de su consagración, “un ámbito sagrado que deberíamos cuidar con el silencio” para que de alguna forma “nos ayude a entrar en el misterio de la presencia de Jesús” y así, “acercarnos a su corazón y tener la experiencia de ser salvador por Él”.

Amor de salvación

En su homilía, el prelado vallisoletano ha invitado a ahondar sobre la palabra “salvación” que, puede resultar “extraña” pero, sin embargo, “es decisiva para ser cristiano” porque, ha destacado, “Jesucristo nos salva”. La novedad de la vida cristiana, ha continuado, es “el amor de Jesús, que no es cualquier amor”, ya que se trata de “un amor manifestado en la cruz”, y por lo tanto es “un amor que nos salva”.

De esta manera, Monseñor Argüello, ha insistido en cómo esta capilla y el resto de elementos que la componen, desde “el Sagrario” hasta “la celebración de la Eucaristía” permiten que todo lo acontecido en el centro escolar “esté atravesado por este amor” y así “estemos dispuestos a perdonarnos unos a otros”.

Porque es “aquí”, ha asegurado, donde “se establece un manantial de este amor, para que irradie por todos los rincones del colegio” y para que “salga” hacia afuera, “a vuestras familias y a vuestros lugares”. Para que, en definitiva, ha exhortado a los allí presentes, “las celebraciones de esta capilla, os hagan crecer en el deseo de participar en la vida de la parroquia, de participar el domingo en la Eucaristía”, manteniendo el encuentro, “con otros creyentes”.

Rezar juntos

Durante la celebración de la Eucaristía, el prelado vallisoletano ha ensalzado la oportunidad que la capilla brinda para “rezar juntos y acoger el perdón del Señor” y que, a su vez, colabora en el “crecimiento” de los alumnos y del resto de la comunidad educativa para así, ofrecer al mundo en el que vivimos, “algo”, que “esté marcado por la esperanza”. Y que, “de quien sabe que la muerte ha sido vencida y que Jesucristo, dando la vida por nosotros”, ha añadido, ofrece “la posibilidad de que nuestro corazón crezca para ser semejante al suyo”.