Cancillería Secretaría

Imprimir A4  A4x2  A5  

Crónica

El vallisoletano Gustavo Bombín Espino, trinitario, nuevo obispo
de Tsiroanomandidy (Madagascar)

8 de febrero de 2004


Publicado: BOA 2004, 27.


  • Actos de toma de posesión
  • Biografía y antecedentes

    Actos de toma de posesión

    |<  <  >  >|

    El pasado 8-11-2003, el papa Juan Pablo II anunció el nombramiento de Gustavo Bombín Espino como obispo de Tsiroanomandidy (Madagascar).

    Los actos de toma de posesión comenzaron el sábado 7-2-2004 por la tarde con una celebración, en la que se procedió a la bendición del báculo, del anillo y de la mitra episcopales, así como al juramento de fidelidad de Gustavo Bombín como nuevo obispo. A continuación tuvo lugar una Vigilia de oración y de acción de gracias en la que participaron numerosos fieles venidos de todos los rincones de la Diócesis.

    Desde las 8:30 del domingo 8, en el estadio de Tsiroanomandidy y ante más de 10.000 personas, se desarrolló la Eucaristía de toma de posesión como obispo, que fue presidida por el cardenal de Antananarivo, Armand Gaétan Razafindratandra, y en la que estuvieron presentes el Nuncio Apostólico, Bruno Mazzuro; el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez Plaza; los 20 obispos de Madagascar; el ministro general de los Trinitarios, José Hernández Sánchez; los ministros provinciales de la Provincia España-Norte, Daniel García, y de la Provincia España-Sur —a la que está adscrito el nuevo obispo—, Antonio Jiménez; el ministro provincial malgache, Innocent Rabemanajara; más de un centenar de sacerdotes diocesanos y religiosos trinitarios; y un grupo de 21 familiares y amigos del nuevo obispo, desplazados desde España.

    La celebración, que se llevó a cabo en idioma malgache, se prolongó hasta las 13:30, y en ella hubo momentos muy intensos, como cuando el Nuncio del Vaticano presentó a los asistentes, en español, a los padres de Gustavo Bombín como modelo de familia cristiana. D. Braulio Rodríguez Plaza también habló para mostrar el orgullo que supone para la Diócesis de Valladolid el nombramiento de un misionero vallisoletano como obispo de Madagascar.

    El lema episcopal que ha elegido Gustavo Bombín Espino es “Vida y Esperanza”, como resumen de lo que puede ofrecer el Evangelio a la tierra malgache, y su escudo episcopal cuenta con tres elementos: un arco iris; los tres aros de colores de la comunidad trinitaria que simbolizan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; y una rama de arroz, símbolo del medio de vida y de sustento de la mayoría de la población malgache, y de la Eucaristía, el compartir.

    Biografía y antecedentes

    |<  <

    El padre Gustavo Bombín Espino nació el 24-9-1960 en la localidad vallisoletana de San Llorente. Conoció a los trinitarios a través del P. Pascual Villegas, responsable de la animación vocacional, que visitó su pueblo. Estudió en los seminarios trinitarios de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) (diez años), santuario de la Virgen de la Cabeza (Jaén) (un año), Córdoba (dos años) y en la Facultad de Teología de Granada (seis años). El 21-3-1987 fue ordenado sacerdote en Granada y a los pocos meses fue enviado como misionero a Madagascar.

    Durante su trabajo como misionero ha desarrollado numerosos proyectos educativos, sanitarios y agrícolas, distinguiéndose por su cariño, cordialidad y entrega, y su sensibilidad a los problemas de las comunidades rurales, por lo que se ha ganado el aprecio de los miembros de su orden, del clero nativo malgache y de la gente sencilla. En Madagascar ha ejercido su ministerio como párroco, vicario episcopal y vicario general de la Diócesis de Tsiroanomandidy. En el momento de su nombramiento era superior y párroco del Distrito misionero de Mantirano, en el canal de Mozambique, y se estaba preparando para llevar a cabo una experiencia de apostolado en El Cairo.

    Con su nombramiento, Gustavo Bombín pasa a ser el segundo obispo trinitario español en Madagascar, tras el leonés Ángel Martínez, fallecido años atrás. Se reconoce así el esfuerzo y la dedicación de la Orden Trinitaria a la evangelización del pueblo malgache en nombre de la Santa Trinidad.

    La familia trinitaria llegó a Madagascar en 1926, representada por su rama masculina y por cuatro de los institutos de su rama femenina: las trinitarias contemplativas, las de Valence (Francia), las de Roma y las de Valencia (España). La Provincia trinitaria a la que pertenece el nuevo obispo fue creada en 1995, siendo la más joven de las siete que tiene la Orden, y en ella gestionan 4 centros de formación para jóvenes trinitarios nativos, 8 comunidades religiosas con parroquia, 5 distritos misioneros con sus parroquias, 198 cristiandades rurales, 31 escuelas, 30 centros de salud, 23 proyectos de promoción y desarrollo, y 12 centros penitenciarios. La atención a las cárceles, característica de los trinitarios, también es aquí un aspecto destacado de su labor, como responsables de la Pastoral Penitenciaria nacional. Los trinitarios cuentan actualmente en Madagascar con 3 obispos —2 de ellos italianos—, 9 religiosos sacerdotes españoles, 29 sacerdotes nativos, 28 jóvenes profesos, 10 hermanos cooperadores, 16 novicios, 20 postulantes y 71 seminaristas, mientras que en 1987 tan solo había un sacerdote trinitario malgache.

    La diócesis de Tsiroanomandidy, creada el 11-12-1958, se encuentra a 200 kilómetros al oeste de la capital, tiene una extensión de 40.000 kilómetros cuadrados (más de cuatro veces la vallisoletana) y una población de 400.000 habitantes (algo inferior a la provincia de Valladolid), de los que un 25% son católicos. Cuenta con 13 parroquias y 335 iglesias, ninguna de las cuales supera los 90 años de antigüedad, y una catedral construida por un trinitario, el italiano Angelo Romano. En esta diócesis, de la que Gustavo Bombín se ha convertido en el tercer obispo de su breve historia, un tercio de los sacerdotes son trinitarios. Se caracteriza por tener un gran potencial humano, con población joven, de paso, que busca tierras, bueyes y un futuro para sus familias, receptivos a la pastoral y al trabajo social. Las enfermedades más extendidas y peligrosas entre su población son el paludismo, la tuberculosis y la lepra.