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Braulio Rodríguez Plaza

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Carta semanal

¿Qué es un Plan de Pastoral?

19 de septiembre de 2004


Publicado: BOA 2004, 406.


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Es bueno que los católicos preocupados por la vida de su Iglesia conozcan, aunque sea someramente, algunos términos utilizados en el lenguaje de algún modo habitual. En el inicio del curso pastoral muchos habrán oído hablar de «Plan Pastoral Diocesano», «programación pastoral de la parroquia», «objetivos o acciones preferenciales». No quiero complicarles la vida; por ello quiero explicarles un poco de qué hablamos.

La Iglesia de Dios es un Pueblo, o una familia, que tiene su vida propia y su tarea concreta. Es la vida de cada día y unos trabajos que los miembros de la Iglesia deben vivir y llevar adelante. Eso no cambia: los que formamos la Iglesia debemos vivir la gracia del Señor, orar y celebrar la sagrada Liturgia; debemos predicar el Evangelio, profundizar en la fe educándola para que crezca, dar catequesis o enseñanza religiosa escolar, si es que en el futuro nos dejan; debemos igualmente dominar esta creación, cambiar este mundo acercándole al designio de Dios Creador, tener una presencia pública en nuestra sociedad, vivir la caridad en definitiva. Estas grandes acciones, que llamamos ministerio de la Palabra, ministerio de la Liturgia y ministerio de la caridad, las debemos hacer siempre, son para siempre, no pueden nunca faltar en nuestra Iglesia.

Una comunidad cristiana, en efecto, que no viviera de la Palabra de Dios, oyéndola y poniéndola en práctica, que no celebrara la fe, y que no amara como Cristo, queriendo transformar la realidad, si está bajo la influencia del pecado, no sería tal comunidad. Pero, como en una familia, suceden cosas no previstas que hay que afrontar y por ello subrayar tal o cual aspecto; hay que hacer prioridades: si la casa está para arreglar, no se puede de momento recibir visitas o invitar a comer, aunque siga la vida de esa familia en esas circunstancias especiales. También en la Iglesia puede haber objetivos o prioridades, dadas las circunstancias concretas que está viviendo esa Iglesia o Diócesis. Esta es la explicación de que existan Planes Pastorales Diocesanos o una programación pastoral concreta para un curso que se ofrece a todas las comunidades cristianas, a los grupos y movimientos, a sacerdotes y religiosos, a mayores y pequeños.

Nuestro Plan Pastoral Diocesano (para 2004-2007) tiene un título: “¿Qué hemos de hacer, hermanos?”; y tres prioridades en las que trabajar: el cuidado y la formación sólida de los cristianos que debe llevar a cabo la evangelización; recobrar en los cristianos el entusiasmo del anuncio del Evangelio de la esperanza; el esfuerzo por mantener la comunión entre los que formamos la Iglesia. Cada una de esas prioridades se desarrolla convenientemente y se ven las posibilidades para los distintos organismos y delegaciones pastorales, así como para las parroquias y otras comunidades y movimientos.

Cada uno de esos tres cursos pastorales indicaremos una programación pastoral concreta, estando abiertos, claro está, a los acontecimientos tanto de la Iglesia en España como de la Iglesia universal. Lo importante es que el esfuerzo que todos hemos hecho para confeccionar este Plan de Pastoral ayude y sobre todo anime a quienes lo deben llevar adelante con la oración, con la reflexión, con su empuje, con su cariño a los hermanos, con su adhesión a Cristo, que sigue vivo en su Iglesia. No son cosas imposibles, sino alcanzables con la ayuda del Espíritu que no nos faltará si la pedimos.

† Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Valladolid