Arzobispo
Braulio Rodríguez Plaza

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Carta semanal

Tareas

23 de septiembre de 2007


Publicado: BOA 2007, 417.


La semana que finaliza el 22 de septiembre ha sido la presentación de la programación diocesana para el curso que acaba de empezar . Comentaré las grandes acciones que como miembros de esta Iglesia hemos de emprender según nuestras posibilidades, recordando que querer es poder. Hay que señalar, no obstante, que un montón de católicos siguen creyendo que las verdades que les son familiares desde la infancia se imponen a todos con la misma claridad que a ellos, y por eso, con frecuencia, tratan a quienes no las entienden de depravados o con mala fe. Sin embargo, es difícil que la verdad de la fe cristiana sea aceptada sin debate por unos espíritus que conocen mal la Revelación, como son las generaciones más jóvenes, sobre todo cuando esa verdad es puesta en duda constantemente en la cultura dominante. ¿Hay debate o sólo hablamos de lo que todo el mundo habla?

Hoy no existe un mundo unitario: están presentes en nuestra sociedad muchos modos de encarar la vida humana, y hay muchas ofertas de cómo se ha de vivir la existencia, aun entre los católicos convencidos. ¿Conocemos la fe? ¿La pensamos? ¿Nos es familiar la Revelación contenida en la Palabra de Dios, que nos llega por la Tradición y la Biblia? ¿Acaso no necesitamos un nuevo impulso para educar en la fe, una pedagogía nueva, sencilla, convincente? ¿Estamos dispuestos a ser testigos de Jesucristo y de la vida que surge del Evangelio? ¿Nos colocamos en otro ángulo para contemplar el misterio de la Iglesia?

Una de las acciones fundamentales para este curso es favorecer en las comunidades cristianas (parroquias y otras iglesias, grupos, colegios católicos, etc.) la escucha y el estudio sencillo de la Palabra de Dios, para ser buenos discípulos y misioneros de Cristo. No hay que hacer cosas raras; simplemente estar más atentos en la Eucaristía dominical, participar en grupos bíblicos o crearlos, aprovechar los tiempos fuertes litúrgicos, las novenas y otros actos de piedad popular. Que no desconozcamos la Escritura, porque eso es desconocer a Cristo.

Los que sientan la inquietud de salir de la rutina en la vida cristiana, busquen o creen en las parroquias grupos que comiencen el llamado Itinerario de Formación Cristiana para Adultos. Ya existen grupos en las parroquias u otros ámbitos, pero deben intensificarse, porque ese itinerario formativo tiene su fundamento en la Palabra de Dios, en el Catecismo de la Iglesia Católica y en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia . ¿Los conoces? Están ahí.

En la iniciación cristiana, seguimos empeñados en que funcione el Catecumenado bautismal de adultos y la preparación al Bautismo de niños en edad escolar sin bautizar; también en ofrecer una buena preparación para aquellos no confirmados, ya adultos, y que desean acabar bien la iniciación que empezó en el Bautismo. Crear un centro diocesano de orientación familiar, poner en marcha un proyecto de educación afectivo-sexual y un secretariado de pastoral para acoger mejor a los inmigrantes católicos lo consideramos muy importante. Por fin, otra de las grandes acciones para la comunidad cristiana diocesana es trabajar en serio y con entusiasmo para que muchos adolescentes y jóvenes descubran la vocación al sacerdocio ministerial y a la vida consagrada; pero también cuidar muy mucho la vocación a ser padre y madre, esposos cristianos unidos por el sacramento del Matrimonio. Creo que es un programa apasionante. ¿Quieres apuntarte?