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Programación
Programación y Calendario
Pastoral Diocesano:
Oyentes de la Palabra para ser
sus discípulos y misioneros
2007/2008
Publicado: BOA 2007, 407.
Presentación
Pronto comenzará mi sexto año al frente de la Archidiócesis de Valladolid. El 13 de octubre se cumplirán, en efecto, cinco años de mi llegada a esta Iglesia . Para mí no han sido años fáciles, pues la complejidad de la Diócesis con un ritmo concreto, la necesidad de conocer por dentro las comunidades, los miembros del Presbiterio, los religiosos y otros consagrados, el nombramiento de los colaboradores más cercanos (Vicario General y los vicarios episcopales) me ocuparon gran parte de estos cinco años, donde además he hecho la visita pastoral a casi todas las parroquias rurales y dos arciprestazgos de la ciudad de Valladolid. Puedo decir que apenas he podido ocuparme de la pastoral de conjunto, de lo que necesita esta Diócesis y sus comunidades.
Ciertamente alumbramos un Plan Pastoral Diocesano para el trienio (2004-2007) , que ha podido ayudar a los católicos vallisoletanos en sus parroquias o en sus grupos y movimientos. Pero sinceramente no me ha sido posible trabajar en él a fondo, sobre todo a la hora de su seguimiento y la exigencia de puesta en marcha, tal vez por lo complejo del tema y por tantas ocupaciones que un Obispo trae entre manos, sobre todo los tres últimos años.
Pienso que ha llegado el momento, tras la renovación del Consejo Pastoral Diocesano , de profundizar en esta tarea de encauzar la acción pastoral diocesana, para que tenga una orientación precisa y una sencillez de objetivos, lejos de una farragosidad que no interese a nadie.
Debe haber un objetivo único, básico, que lo vertebren las comunidades parroquiales, y los movimientos y asociaciones católicas. También que sea aceptado cordialmente por los religiosos y la Escuela Católica, lo cual me parece un verdadero reto. Como lo es la preocupante situación de tantos cristianos, incluso fervorosos, que desconocen la manera de acercarse y conocer íntimamente la Palabra de Dios contenida en la Biblia y en la Tradición. Cabe decir lo mismo del Catecismo de la Iglesia Católica y del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia
.
El futuro Plan Pastoral ha de conseguir que se conozca, se fortalezca y se transmita la fe, meta que no puede lograrse sin un anuncio explícito de Cristo y una conversión inicial a Él.
Lo queramos o no, el reto está en conseguir una buena iniciación cristiana, que no sean parches, sino que desde esa apertura a Cristo se conozca lo básico de nuestra fe, sobre todo la Escritura Santa y lo esencial cristiano. No se trata de dar vueltas a un tema ya manido: España ya no es lo que era. Sin duda que las tres últimas décadas han transformado el país de una manera rápida y seguramente insospechada, incluso para quienes se dedican a “predecir” el futuro observando el hoy. No sé si España ha dejado de ser católica; creo que tampoco esa observación vale de mucho.
Sí sé que hay mucha gente que cree de manera diferente que antes. También conozco la apostasía silenciosa y explícita de tanta gente, como es notable el ansia de felicidad y de Dios que aún anida en el ser humano. Como decía no hace mucho el cardenal Godfried Danneels, «ya no existe una Civitas cristiana. Quizá algunos no se han dado cuenta todavía, pero los cristianos vivimos en el mundo tanquam scintillae in arundineto (‘como chispas en cañaveral’)». Es decir, vivimos en la diáspora; y la diáspora es la condición normal del cristianismo en el mundo. La excepción es la otra, la sociedad completamente cristianizada. El modo ordinario de estar en el mundo de los cristianos es el que se describe ya en la Carta a Diogneto, del siglo II.
Pero esta situación no me preocupa de manera angustiosa; me preocupa mucho más lo que decíamos los obispos de España en el último Plan Pastoral 2006-2010 : «El problema de fondo, al que una pastoral de futuro tiene que prestar la máxima atención, es la secularización interna. La cuestión principal a la que la Iglesia ha de hacer frente hoy en España no se encuentra tanto en la sociedad o en la cultura ambiente como en su propio interior; es un problema de casa y no sólo de fuera. Es cierto que esta situación eclesial está influenciada por la cultura que nos toca vivir. Pero es preciso mirar las repercusiones que está teniendo en el interior de la Iglesia para darle la debida solución. Tomar conciencia de esto no significa promover ningún repliegue al interior. Con este diagnóstico pretendemos adoptar la postura adecuada para la misión de modo que no sea la cultura ambiente, sino la propia identidad de ser Iglesia de Jesucristo la que nos marque los caminos pastorales, la perspectiva global y los asuntos cruciales de la vida eclesial» (n. 10).
No puedo aceptar el análisis puramente sociológico que afirma que España no es que haya dejado de ser católica —ya que, se dice, subsiste una concepción de la vida con fuertes raíces cristianas (¿por cuánto tiempo?)—, es que la gente ha dejado de ser tradicional, mientras que la Iglesia católica sigue siéndolo. Hay un nuevo estilo de vida, otro código cultural que choca con el modelo tradicional homogéneo y jerárquico del catolicismo. Este análisis, de tantos clérigos y algunos laicos, aboga por la solución de adaptarse a ese nuevo estilo de vida, a ese código cultural y a ese pluralismo salvaje. A mí me parece un disparate, pues nunca llegaremos a una adaptación completa, ya que se hace vieja cada día que pasa y crea un complejo de inferioridad indigno de un cristiano y de la fe que ha de tener en la acción de Jesucristo y de su Espíritu, pues el Señor es el mismo ayer, hoy y siempre. Cristo es un “Hapax”, la Palabra definitiva.
El papel protagonista de la parroquia es evidente, como el de los movimientos de todo tipo, incluidos los que se inspiran en los distintos carismas de los consagrados. Es hora de formar equipos de evangelización en toda su amplitud, sin reduccionismos o dualismos. Cada vez más el sacerdote debe orientar, acompañar y dejar hacer a los fieles laicos.
I. Acciones
La Programación Pastoral 2007-2008 propone nueve acciones, que tienen en cuenta:
— La iniciación cristiana de niños, jóvenes y adultos, como ámbito en el que podamos ejercitarnos en un trabajo evangelizador común.
— El cuidado del domingo, como elemento clave de la identidad cristiana.
— El acompañamiento doctrinal y pastoral del matrimonio y de la familia, en particular, de las familias más jóvenes.
— La promoción de la presencia de seglares bien formados en la vida pública.
Acciones
1. Constituir el Consejo Pastoral Diocesano. El objetivo es elaborar el proyecto del nuevo Plan Pastoral Diocesano.
2. Favorecer en nuestras comunidades la escucha y estudio de la Palabra de Dios, para ser sus discípulos y misioneros. La Eucaristía del Domingo, los tiempos fuertes del año litúrgico, las novenarios y otros actos de la devoción popular pueden ser ámbitos privilegiados para cultivar el conocimiento y el amor a la Palabra.
3. Subrayar de forma especial la proclamación de la Palabra y la figura apostólica de san Pablo en la catequesis, la formación permanente de los presbíteros, y en los diversos encuentros y jornadas de este curso.
4. Intensificar la difusión del Itinerario de Formación Cristiana para Adultos. Tiene su fundamento en la Palabra, el Catecismo de la Iglesia Católica y el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia.
5. Poner en marcha el Catecumenado de adultos y cuidar la catequesis de Confirmación de adultos (especialmente novios). Se trata de aprovechar la experiencia tenida en estos dos años.
Y elaborar unos criterios diocesanos respecto al Bautismo de niños en edad escolar y adultos, y la Confirmación de adultos. Se trata de complementar el Directorio diocesano de los Sacramentos de Iniciación Cristiana.
6. Crear un Centro Diocesano de Orientación Familiar. El objetivo es ayudar a novios y matrimonios. Y poner en marcha el proyecto de educación afectivo-sexual “Aprendamos a Amar”.
7. Impulsar una Campaña de Pastoral Vocacional. El 3 de noviembre se desarrollará una Jornada Diocesana de Preparación de las Jornadas Nacionales de Pastoral Vocacional (16/18-11-2007).
8. Poner en marcha la Delegación Diocesana de Migraciones .
9. Impulsar una Campaña Diocesana sobre la responsabilidad de los creyentes en el sostenimiento económico de la Iglesia católica.
II. Calendario
En algunos eventos se indica su carácter con las siguientes siglas: CD = Convocatoria Diocesana, CA = Convocatoria Arciprestal, CP = Convocatoria Parroquial.
Septiembre:
Octubre:
Noviembre:
Diciembre:
Enero:
Febrero:
Marzo:
Abril:
Mayo:
Junio:
Julio: