Sede Apostólica
Santo Padre
Francisco

Imprimir A4  A4x2  A5  

Catequesis

Audiencia General

Sacramentos: Confirmación

29 de enero de 2014


Temas: Confirmación.

Web oficial: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2014/documents/papa-francesco_20140129_udienza-generale.html

Publicado: BOA 2014, 53; Ecclesia LXXIV/3.713, febrero (2014), 196-197.


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En esta tercera catequesis sobre los sacramentos nos detenemos en la Confirmación, que se entiende en continuidad con el Bautismo, al cual está vinculada de modo inseparable. Estos dos sacramentos, juntamente con la Eucaristía, forman un único evento salvífico, llamado “iniciación cristiana”, por el que somos introducidos en Jesucristo muerto y resucitado, y nos convertimos en criaturas nuevas y en miembros de la Iglesia. He ahí por qué originalmente estos tres sacramentos se celebraban en un único momento, al término del camino catecumenal, normalmente en la Vigilia pascual. Así se sellaba el itinerario de formación y de inserción gradual en la comunidad cristiana, que podía durar incluso algunos años; se hacía paso a paso para llegar al Bautismo, y luego a la Confirmación y a la Eucaristía.

Existe también la palabra “crismación”, que significa ‘unción’. Y, en efecto, a través del óleo llamado “santo crisma” somos conformados, con el poder del Espíritu, a Jesucristo, que es el único auténtico “ungido”, el “Mesías”, el Santo de Dios. El término “Confirmación” nos recuerda además que este sacramento aporta un crecimiento de la gracia bautismal: nos une más firmemente a Cristo; conduce nuestro vínculo con la Iglesia a su realización; y nos concede una fuerza especial del Espíritu Santo para difundir y defender la fe, para confesar el nombre de Cristo y para no avergonzarnos nunca de su cruz (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, 1303) .

Por eso es importante estar atentos para que nuestros niños, nuestros jóvenes, reciban este sacramento. Todos estamos atentos para que sean bautizados y eso es bueno, pero tal vez no estamos muy atentos a que reciban la Confirmación, y sin ella se quedarán a mitad de camino y no recibirán el Espíritu Santo, que es tan importante en la vida cristiana, porque nos da la fuerza para seguir adelante. Pensemos un poco cada uno de nosotros: ¿tenemos de verdad la preocupación de que nuestros chicos reciban la Confirmación? Esto es importante. Y si vosotros, en vuestra casa, tenéis chicos que aún no la han recibido y tienen la edad para ello, haced todo lo posible para que lleven a término su iniciación cristiana y reciban la fuerza del Espíritu Santo. ¡Es importante! Naturalmente, es importante ofrecer a los confirmandos una buena preparación, que debe estar orientada a conducirlos hacia una adhesión personal a la fe en Cristo y a despertar en ellos el sentido de pertenencia a la Iglesia.

La Confirmación, como cualquier sacramento, no es obra de los hombres, sino de Dios, quien se ocupa de nuestra vida para modelarnos a imagen de su Hijo, para hacernos capaces de amar como Él. Lo hace infundiendo en nosotros su Espíritu Santo, cuya acción impregna a toda la persona durante toda la vida, como manifiestan los siete dones que la Tradición, a la luz de la Sagrada Escritura, ha mencionado siempre. Estos siete dones... no quiero preguntaros si recordáis los siete dones, tal vez todos los sabéis... pero los digo en vuestro nombre. ¿Cuáles son? Sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Y estos dones se nos han dado precisamente con el Espíritu Santo en el sacramento de la Confirmación. A estos dones quiero dedicar las catequesis que seguirán luego de los sacramentos .

Cuando acogemos el Espíritu Santo en nuestro corazón y lo dejamos actuar, Cristo mismo se hace presente en nosotros y toma forma en nuestra vida; a través de nosotros, es Él, Cristo mismo, quien reza, perdona, infunde esperanza y consuelo, sirve a los hermanos, se hace cercano a los necesitados y a los últimos, crea comunión y siembra paz. Pensad en lo importante que es esto: por medio del Espíritu Santo, Cristo mismo viene a hacer todo eso entre nosotros y por nosotros. Por eso es importante que los niños y jóvenes reciban el sacramento de la Confirmación.

Queridos hermanos y hermanas, recordemos que hemos recibido la Confirmación. ¡Todos nosotros! Recordémoslo, ante todo, para dar gracias al Señor por ese don, y, luego, para pedirle que nos ayude a vivir como cristianos auténticos y a caminar siempre con alegría, conforme al Espíritu Santo que se nos ha dado.

(Saludo a los peregrinos de lengua española, a las familias de los obreros de la Shellbox de Castelfiorentino, a las fundaciones asociadas a la Consulta Nazionale Antiusura, y a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados)