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Crónica

Francisco Cerro Chaves, nuevo obispo de Coria-Cáceres

Nombramiento

21 de junio de 2007


Publicado: BOA 2007, 259.


  • Nombramiento episcopal
  • Reseña biográfica
  • Primer mensaje
  • Ordenación episcopal

    Nombramiento episcopal

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    El jueves 21-6-2007, a las 12 de la mañana, la Nunciatura Apostólica en España hizo público el nombramiento de D. Francisco Cerro Chaves, sacerdote diocesano de nuestra Archidiócesis de Valladolid, como nuevo obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres. A esa misma hora, nuestro Arzobispo, D. Braulio Rodríguez Plaza, junto al nuevo Obispo electo, convocaban a los miembros de la Curia diocesana para hacerles partícipes de la gozosa noticia y, posteriormente, ofrecían una rueda de prensa a los medios de comunicación, en la que D. Francisco daba lectura a su primer mensaje.

    Reseña biográfica

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    D. Francisco Cerro Chaves nació en la localidad cacereña de Malpartida de Cáceres el 18-10-1957. Tras realizar sus estudios de Bachillerato y Filosofía en el Seminario de Cáceres y los Eclesiásticos en el Seminario Mayor de San Ildefonso de Toledo, recibió la ordenación sacerdotal el 12-7-1981 en la Catedral Primada de Toledo, de manos del cardenal Marcelo González Martín, oriundo de esta Archidiócesis de Valladolid .

    Posteriormente estudió Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma (1987-1989), donde obtuvo en 1997 el grado de doctor con la tesis “La experiencia de Dios en el beato fray María Rafael Arnáiz Barón (1911-1938). Estudio teológico espiritual de su vida y escritos”. Es doctorando en Teología de la Vida Consagrada en la Universidad Pontificia de Salamanca.

    Comenzó su labor pastoral en la Archidiócesis de Toledo como vicario parroquial de San Nicolás de Bari de Toledo (1981), consiliario de Juventud de la ciudad de Toledo (1982), encargado de la Archidiócesis para el Año Internacional de la Juventud (1983), director de la Casa de Ejercicios (1986) y adscrito a la Parroquia Santa Teresa de Jesús de Toledo (1986-1987).

    En 1990 accede a la dirección del Centro Diocesano de Espiritualidad del Corazón de Jesús en Valladolid, cedido por la Archidiócesis primada de Toledo; en 1992 pasa a formar parte del presbiterio de Valladolid, y en 1996 es nombrado Delegado de Pastoral Juvenil. En la actualidad era también capellán del Santuario Nacional, profesor de Teología Espiritual en el Estudio Teológico Agustiniano, y consiliario de la Asociaciones Belenista Castellana y Evangelium Vitae.

    D. Francisco Cerro es conocido, especialmente, por sus numerosos libros de oración y espiritualidad, traducidos muchos de ellos a distintas lenguas, y por su capacidad para dirigir ejercicios espirituales y cursos de teología espiritual en muchas diócesis de España y América Latina, impartidos a sacerdotes, seminaristas, religiosos, jóvenes, etc.

    Primer mensaje

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    «Doy gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su Misericordia»

    En estos momentos tan importantes para este sacerdote que se dirige a vosotros, en mi alma conviven dos sentimientos contrapuestos. Por una parte, una mezcla de alegría y prudencia humana por la responsabilidad que me acaba de confiar Su Santidad Benedicto XVI como obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres. Por otra parte, siento la confianza sincera en Dios que nunca abandona su rebaño, sino que lo conduce a través de la historia bajo la guía de aquellos que Él mismo ha elegido en su Hijo y ha constituido pastores.

    Me dispongo a emprender este ministerio episcopal al servicio de la Iglesia católica con humilde abandono en las manos de la Providencia de Dios. Es al Corazón de Cristo en primer lugar a quien renuevo mi adhesión total y confiada: pido al Señor que supla la pobreza de mis fuerzas, para que sea dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo y fiel pastor de su rebaño, dispuesto siempre a «dar la vida por sus ovejas».

    Al dirigirme por primera vez a mi querida Diócesis de Coria-Cáceres, donde nací y a la que siempre he estado tan vinculado, quiero saludar muy especialmente al Colegio de Consultores y a su administrador, D. Ceferino Martín, a los que pido que me sostengan con la oración y con su colaboración constante y activa.

    Pido también a D. Santiago, arzobispo de Mérida-Badajoz, a D. Amadeo, obispo de Plasencia, y al resto de los hermanos en el episcopado que estén a mi lado con la oración y con el consejo, para que pueda ser verdaderamente un fiel servidor de Dios.

    Quiero hacer llegar este mensaje cariñosamente a los sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas; a los institutos seculares, a los movimientos apostólicos y a los nuevos movimientos eclesiales; a los cofrades, a las familias, a los jóvenes y a los niños de mi querida Diócesis de Coria-Cáceres; es mi deseo encomendarme a las oraciones de los contemplativos y contemplativas y acoger en mi corazón a los enfermos y a los pobres, que son para mi el tesoro de la Iglesia.

    Envío este mensaje a mi querido pueblo de Malpartida, en la provincia de Cáceres, a cuyos vecinos tanto aprecio. Y, como no, a mi familia y a D. Román, mi párroco, que celebra sus 50 años de sacerdocio.

    Confío contribuir a la comunión eclesial de esta Iglesia particular que me corresponde pastorear, procurando que la diversidad de carismas estén al servicio de la unidad de la fe, de la que depende notablemente la eficacia de la acción evangelizadora en el mundo contemporáneo. Por lo tanto, sobre este sendero en que trabajó mi predecesor D. Ciriaco Benavente quiero avanzar preocupado únicamente de proclamar al mundo entero la presencia viva de Cristo.

    También saludo a las autoridades extremeñas, a las que ofrezco sincera voluntad para trabajar juntos por un mundo más justo y solidario, donde se proteja a la familia, se garantice el derecho de los padres a la educación de los hijos, se respete la creación y seamos todos constructores de paz, constantemente amenazada.

    La Iglesia de hoy debe reavivar en sí misma la conciencia de volver a proponer al mundo la voz de Aquél que ha dicho: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».

    Al emprender este ministerio, como nuevo Obispo sé que mi deber es hacer que resplandezca ante los hombres y mujeres esta Luz. Por ello agradezco a D. Braulio, mi Arzobispo en Valladolid, y a D. José Delicado Baeza, Arzobispo emérito, su apoyo, sus enseñanzas y su testimonio de vida al servicio, no de su propia luz, sino de la Luz de Cristo.

    Quiero dar las gracias, además, a los queridos presbíteros de esta Diócesis de Valladolid, donde he pasado 18 años viviendo el gozo de ser sacerdote, a las familias que he conocido, a los jóvenes con los que tanto he compartido, a los enfermos que tanto me han ayudado, y a cuantas personas, creyentes o no, para las que las puertas del Centro Diocesano de Espiritualidad nunca han estado cerradas. Gracias a todos. Y a todos os digo que mi voluntad ha sido siempre ponerme a vuestro servicio.

    Quiero concluir este mensaje encomendando mi ministerio episcopal al Corazón de Cristo. Esta invocación es la oración que brota de modo espontáneo de mi corazón, mientras me dispongo a iniciar el ministerio al que me ha llamado Cristo. Renuevo a Dios mi promesa de fidelidad incondicional. Quiero servir sólo a Él.

    Invoco la materna intercesión de María Santísima, en las advocaciones extremeñas de Guadalupe, de Algeme, patrona de Coria y de la Montaña, patrona de Cáceres, para que sostenga esta promesa. En sus manos pongo el presente y el futuro de mi persona y de la Iglesia. Pido a san Pedro de Alcántara, tan querido en Extremadura, y a todos los santos extremeños, que intercedan por mí.

    Desde este momento mi casa sigue abierta para que se exprese la hospitalidad de la Iglesia “experta en humanidad” y servidora, especialmente de los más pobres. Una iglesia que, según la enseñanza de mi querido Juan Pablo II, confío animar para que sea más valiente, más libre y más joven.

    Ordenación episcopal

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    La consagración episcopal de D. Francisco Cerro Chaves se celebrará el domingo 2-9-2007, a las 17 horas, en la Catedral de Coria, provincia de Cáceres. Se prevé que a ella asistan numerosos fieles de nuestra Archidiócesis, haciéndose eco de la invitación que ha hecho llegar a todas las parroquias y sacerdotes para compartir ese momento tan significativo en su propia vida y en el caminar de la Diócesis de Coria-Cáceres. Posteriormente, el martes 4-9-2007, a las 19:30 horas, el nuevo Obispo hará su entrada en Cáceres con la celebración de una Eucaristía solemne en la Concatedral de Santa María.

    Nuestra Iglesia diocesana se alegra por esta nueva llamada de Dios a nuestro presbítero D. Francisco Cerro Chaves, encomendándole al Corazón de Cristo y a María Santísima, para que ejerza el ministerio episcopal con sabiduría y fortaleza al servicio de la Iglesia que peregrina en la Diócesis de Coria-Cáceres.