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Crónica

Beatificación del P. Bernardo Francisco de Hoyos, S. J.

18 de abril de 2010


Publicado: BOA 2010, 85.


  • Introducción
  • 1. Preparativos
  • 2. Eucaristía
  • 3. Acción de Gracias

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    Bernardo Francisco de Hoyos y de Seña, S. J. (Torrelobatón, Valladolid, 21 de agosto de 1711-Valladolid, 29 de noviembre de 1735) fue un presbítero jesuita, primer y principal apóstol en España de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Mientras estudiaba en el entonces Colegio de San Ambrosio de Valladolid conoció el culto al Corazón de Jesús y recibió la llamada Gran Promesa«Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas partes»— que en 1941 dio nombre al templo como Santuario Nacional de la Gran Promesa (Basílica Menor desde 1964). Tras un proceso que se ha alargado durante siglos, finalmente en 2008 fue reconocido un milagro atribuido a su intercesión y poco después el papa Benedicto XVI decretaba su beatificación, que conforme a los procedimientos vigentes se debía celebrar en la diócesis de origen. El Administrador diocesano D. Félix López Zarzuelo plasmó en una Carta una amplia biografía del nuevo beato y animó a la participación de los fieles.

    De esta forma, la Archidiócesis de Valladolid ha vivido un acontecimiento de relevancia excepcional: la primera beatificación que tiene lugar dentro de la comunidad de Castilla y León en toda su historia, que ha supuesto un gran esfuerzo de preparación hasta la celebración de la ceremonia.

    1. Preparativos

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    Para la adecuada preparación de este acontecimiento se constituyó una Comisión de coordinación y organización de los actos previstos, integrada por sacerdotes diocesanos y de la Compañía de Jesús.

    En mayo de 2009 se hizo pública la fecha de la beatificación y la puesta en marcha de los preparativos, empezando por el logotipo identificativo en el que aparece el rostro del Padre Hoyos, y la creación de una página web específica, http://www.padrehoyos.org, en la que poder consultar información y realizar las inscripciones.

    En los siguiente meses se publicaron tres nuevas biografías del nuevo beato, a cargo del sacerdote Máximo Pérez, del historiador Javier Burrieza y (a partir de sus artículos) del fallecido cardenal vallisoletano Marcelo González Martín, así como un cómic y una reedición del libro El Tesoro Escondido, primero en español sobre el Corazón de Jesús, redactado a instancias del jesuita.

    El Coro Diocesano preparó un disco con cantos tradicionales y nuevos del Corazón de Jesús y el Centro Diocesano de Espiritualidad preparó una ruta de peregrinación para “profundizar” en el conocimiento de Bernardo de Hoyos, recorriendo los lugares de la Diócesis en los que vivió (Torrelobatón, Villagracía, Medina del Campo, Alaejos y Valladolid).

    Entre noviembre y diciembre de 2009, la malagueña hermana Francis Robles, postulante del Monasterio de la Conversión de Becerril de Campos (Palencia), pintó un lienzo de 1,46 x 1,14 metros que presenta a Bernardo de Hoyos en primer plano y con la mirada dirigida al Cristo de la Promesa, invitando a la devoción al Corazón de Jesús. La obra se utilizó en las banderolas y carteles anunciadores de la beatificación que se distribuyeron por la ciudad y en el tapiz que fue descubierto durante la misma ceremonia.

    En los días previos a la beatificación fue inaugurado en la Basílica de la Gran Promesa un pequeño retablo dedicado al beato, elaborado por Juan Antonio Medina y talleres Félix Granda y ubicado en la parte derecha del crucero, cerca del altar, en un lugar ya reservado desde los años 50. El retablo fue bendecido por el nuevo arzobispo D. Ricardo Blázquez por la tarde del mismo domingo 18 en que tuvo lugar la beatificación.

    En cuanto a la infraestructura necesaria para la ceremonia, el alferero Juan Manuel Laguna, de Arrabal de Portillo, elaboró cien copones de barro personalizados para el rito de la comunión, y un equipo formado por dos religiosas y trece colaboradoras voluntarias de la Basílica de la Gran Promesa se encargó entre noviembre y marzo de confeccionar 150 casullas de raso, color crema, galón rojo y adorno dorado, y 500 estolas en tres tamaños, de raso y con adorno, para su uso por los concelebrantes y sacerdotes y que posteriormente quedarán a disposición de la Archidiócesis para otros acontecimientos.

    Así mismo, se preparó un Plan Joven de actividades en los dos días previos a la beatificación para varios centenarios de jóvenes que se desplazaron desde diversos puntos de España para participar, cuyo punto culminante fue la Vigilia de oración presidida por el obispo de Coria-Cáceres y anterior director del Centro Diocesano de Espiritualidad, Francisco Cerro Chaves, la noche anterior a la beatificación.

    Finalmente, entre el 11 y el 17-4-2010 tuvo lugar el Congreso Internacional sobre el Corazón de Jesús, con el lema “Me mostró su corazón”, que este año tomó el lugar de las Semanas del Corazón de Jesús que se vienen celebrando anualmente. El Congreso fue inaugurado por el cardenal arzobispo emérito de Sevilla, el riosecano D. Carlos Amigo Vallejo, y contó con la partición del cardenal diácono de Santa María de las Mercedes y San Adriano en Villa Albani, D. Albert Vanhoye; el arzobispo emérito de Valladolid, D. José Delicado Baeza; el arzobispo de Toledo y anterior arzobispo de Valladolid, D, Braulio Rodríguez Plaza, y el mismo prefecto de la Congregación para las causas de los santos, D. Angelo Amato, que luego presidió la ceremonia, entre otras personalidades eclesiásticas y del mundo de la cultura. El programa del congreso tuvo que ser alterado por la celebración de la Toma de posesión del arzobispo D. Ricardo Blázquez en la mañana del sábado 17 .

    2. Eucaristía

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    El 18 de abril de 2010, III Domingo de Pascua, a las 10:30 h de la mañana, en el paseo central del Campo Grande de Valladolid, junto a la plaza de Colón y la acera de Recoletos, se celebró la solemne eucaristía de beatificación del Padre Bernardo Francisco de Hoyos.

    El lugar fue elegido de acuerdo con las autoridades para permitir la mayor afluencia de público, que se calcula fue de alrededor de 12 000 personas. El altar, de 16 m de ancho, 13 de profundidad y 9 de altura, fue diseñado por el arquitecto vallisoletano Elesio Gatón y contó con una escalinata para facilitar la visión del público, que también tenía a su disposición varias pantallas gigantes a lo largo del paseo. Este espacio estaba dividido en zonas acotadas según su cercanía al altar, para las que fue posible recibir una invitación de acceso mediante una inscripción gratuita a través de la página web.

    La ceremonia fue presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, como representante pontificio, y asistieron el Nuncio Apostólico en España, el Prepósito General de la Compañia de Jesús, alrededor de 50 obispos y cardenales, cerca de mil sacerdotes, representantes de congregaciones religiosas basadas en el carisma del Corazón de Jesús, y diversas autoridades civiles. Fue retransmitida en directo por La 2 de TVE y Castilla y León TV. Para facilitar la asistencia de sacerdotes y fieles, todas las misas de la mañana del domingo en la Archidiócesis quedaron suprimidas. Cantaron en la celebración los Coros diocesanos de Adultos, Jóvenes y Niños.

    La eucaristía comenzó con un canto que adaptaba el texto del Oficio del Sagrado Corazón de Jesús, durante la entrada de los sacerdotes. Terminados los ritos iniciales, el Arzobispo de Valladolid fue quien anunció la solicitud realizada para la inscripción en el números de los beatos de Bernardo Francisco de Hoyos, leyendo a continuación una semblanza biográfica suya. Después, el celebrante, como representante pontificio, fue quien dio lectura a la carta del papa Benedicto XVI:

    «Acogiendo el deseo de nuestro hermano Ricardo Blázquez y de muchos hermanos en el episcopado y fieles, y después de haber consultado a la Congregación para la Causa de los Santos, concedemos que el venerable siervo de Dios, religioso, miembro de la Compañía de Jesús, testigo humilde del amor de Cristo y apóstol en la devoción del Corazón de Jesús sea llamado beato»; también se indicaba que su fiesta se celebrará el 29 de noviembre, «día de su nacimiento para el cielo».

    De esta forma, hacia las 11 de la mañana se hacía efectiva la beatificación y se procedió a descubrir la imagen gigante del nuevo beato que había permanecido tapada hasta entonces, al tiempo que se entonaba un canto de aclamación; el Arzobispo cerró el rito de beatificación con un breve agradecimiento al Papa el nombre de la Archidiócesis.

    Prosiguió entonces la Eucaristía con el canto del Gloria y la Liturgia de la Palabra, que incluyó la proclamación del pasaje evangélico de Jn 21,1-19 sobre la misión de Pedro de «apacentar las ovejas» tras la pesca milagrosa en el lago de Tiberíades. Después de la homilía del celebrante , de la oración de los fieles y de la colecta, que será destinada al Proyecto Acogida Nueva Esperanza de Cáritas Diocesana de Valladolid, se pasó a la Liturgia Eucarística, en la que se empleó la Plegaria Eucarística III. Al llegar el momento de la comunión, los coros entonaron Este es el pan de los hijos, con música de Antonio Alcalde y letra de Bernardo Velado Graña, mientras el sacramento era distribuido a lo largo de todo el recinto.

    A continuación, el arzobispo D. Ricardo Blázquez pronunció la siguiente alocución de acción de gracias:

    «En nombre de la Diócesis de Valladolid, haciéndome eco de las Diócesis de España y de la Compañía de Jesús en particular, agradezco, a través de Ud., Sr. Legado papal, a Su Santidad Benedicto XVI la beatificación del P. Bernardo de Hoyos, llamado el apóstol de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en España.

    Esta beatificación, celebrada en una situación sociocultural en que muchas veces se desatiende a Dios, es marginado e incluso se le declara indiferente a la vida y al sufrimiento de los hombres, nos recuerda que el verdadero Dios es Amor. El Corazón de Jesús es el símbolo elocuente del amor, que tiene en Dios Padre su fuente, su medida en Jesús entregado a la muerte en la Cruz y presente en la Eucaristía, y sus destinatarios somos todos los hombres pecadores, fatigados con el peso de la vida y necesitados de confianza en medio de las incertidumbres. Jesús con su corazón desbordante se muestra como fuente de amor a la humanidad y nos dice que no estamos dejados de la mano de Dios, que nos ofrece insistentemente su misericordia y que nos quiere como a hijos e hijas. Dios tiene corazón.

    La Encíclica Deus Caritas est , en la que el Papa expresó una orientación que se muestra como constante de su pontificado, nos exhorta a dejarnos introducir en una corriente interior que circula entre el Corazón de Jesús, el corazón de cada cristiano y el corazón de la Iglesia. En la medida en que recibamos el amor de Dios viviremos en el amor y actuaremos con amor. Dentro de este dinamismo hemos recibido dos encargos: el anuncio del Evangelio como llamada a la esperanza en la vida eterna, y el servicio a los necesitados como signo del amor de Dios. La presente beatificación nos urge a acercarnos compasivamente a las personas aquejadas de las diversas formas de pobreza: pobres por la salud precaria, pobres por la escasez e inseguridad del pan de cada día, pobres en amistad y compañía, pobres en gozo y esperanza, sin olvidar que el pecado es la indigencia mayor (cf. Lc 11,13). Todos podemos confiadamente acercarnos a Jesús, que es manso y humilde de corazón (cf. Mt 11,29).

    En la escuela del Evangelio, que tiene como lección sublime el Corazón traspasado de Jesús, aprendemos que el corazón como centro de la personalidad del hombre cambia más radicalmente por el amor que por las amenazas, por la proximidad cordial que por las denuncias condenatorias; además, tratar a las personas con amor respetuoso es más acorde con su dignidad. Acogemos con docilidad estas orientaciones básicas para la vida y misión de la Iglesia.

    La vida corta e intensa del P. Bernardo de Hoyos fue una vibrante invitación a que levantemos la mirada a Jesús exaltado en la cruz y con el Corazón abierto, que manifiesta hasta dónde Dios nos ha amado y cuál es la puerta de la vida eterna (cf. Jn 3,14-16). Señor representante del Papa, la beatificación del P. Hoyos, que nació, vivió y murió en la Diócesis de Valladolid, marca un hito inolvidable en nuestra historia. ¡Muchas gracias!»

    La Eucaristía finalizó pasado el mediodía con la bendición solemne y el canto del Himno al Padre Hoyos de Manuel Lizárraga, mientras un grupo de bailarines de Torrelobatón realizó el tradicional paloteo como ofrenda folclórica al nuevo beato. La meteorología acompañó y, aunque existía previsión de lluvia, apenas si cayeron unas escasas gotas durante unos minutos del acto.

    3. Acción de Gracias

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    Los actos posteriores a esta celebración en la Archidiócesis incluyen sendas Eucaristías de Acción de Gracias por su beatificación en la parroquia de Torrelobatón, localidad natal del beato, el 1-5-2010, y en la Basílica de la Gran Promesa el 7-5-2010, así como la conmemoración en 2011 del III Centenario del nacimiento del Padre Hoyos.