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«Una dificultad, para mí la más grave y radical, es la interrupción que comprobamos en la transmisión de la fe. Los canales normales que llevaban el agua de la fe a las nuevas generaciones están en parte obstruidos o rotos» (Carta Pastoral del Arzobispo “La Santa Madre Iglesia, misterio de unidad, señal de comunión, vínculo de caridad y estímulo de fortaleza”, 47) .

«¡Iglesia en Europa, te espera la tarea de la “nueva evangelización”! Recobra el entusiasmo del anuncio. Que el anuncio de Jesús, que es el Evangelio de la esperanza, sea tu honra y tu razón de ser... Es necesario un nuevo anuncio incluso a los bautizados. Muchos europeos contemporáneos creen saber qué es el cristianismo, pero realmente no lo conocen. Con frecuencia se ignoran ya hasta los elementos y las nociones fundamentales de la fe. Muchos bautizados viven como si Cristo no existiera: se repiten los gestos y los signos de la fe, especialmente en las prácticas de culto, pero no se corresponden con una acogida real del contenido de la fe y una adhesión a la persona de Jesús» (Exhortación apostólica de Juan Pablo II Ecclesia in Europa, 45) .

Este es, pues, el principal desafío de nuestra Iglesia y constituye, por tanto, nuestro primer objetivo pastoral con una incidencia especial en la transmisión de la fe y la iniciación cristiana en los ámbitos donde ésta se realiza: familia, parroquia y escuela.

Pero ¿quién realizará esta apasionante misión? La Iglesia precisa miembros vivos y activos, misioneros, en los que se realice el “giro apostólico” que la situación demanda. El cuidado y la formación integral de los presbíteros, partícipes del ministerio apostólico, y de los laicos, protagonistas de la nueva evangelización, es el segundo objetivo en el que queremos trabajar, contando con la colaboración y estímulo de los religiosos que forman parte de nuestra Iglesia.

Esta misión que el Señor nos encomienda tiene como fundamento y horizonte la comunión, y sólo se realiza, con fecundidad apostólica, cuando se lleva a cabo en comunión. Revitalizar las diversas formas en las que la comunión entre presbíteros, laicos y religiosos se expresa y organiza constituye, por ello, nuestro tercer objetivo.

Servicio de la Palabra en sus diversas formas, celebraciones litúrgicas y diaconías, que expresan la caridad, siguen identificando la vida y misión de la Iglesia en múltiples expresiones que hemos de seguir cuidando en todo caso. Este terreno cotidiano de nuestra vida eclesial es el ámbito en donde hemos de poner los acentos que señalan los objetivos de nuestra programación pastoral.

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Objetivos, Autores, Acciones (Responsables / Ámbitos):

Objetivo 1. Abordar el desafío que supone para la iglesia la interrupción, de hecho, de la transmisión de la fe cristiana en amplios sectores de nuestra sociedad

Pastoral misionera: Hacer del anuncio de Jesucristo la razón de ser de toda nuestra acción pastoral, cuidando especialmente nuestra relación con los lugares habituales de la transmisión de la fe: Familia-Parroquia-Escuela

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Anexo I: Tres sectores pastorales arciprestales - Impulsar la pastoral de comunión. Objetivo 3 de la Programación Pastoral Diocesana, Arciprestazgos, acción 3ª.

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En algunos eventos se indica su carácter con las siguientes siglas: CD = Convocatoria Diocesana, CA = Convocatoria Arciprestal, CP = Convocatoria Parroquial.

Septiembre:

† Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Valladolid