Este acto tradicional del último sábado de mayo congrega a varios miles de personas para rendir culto a María. Tras la procesión por las calles de Valladolid, durante la que se van rezando las avemarías de los cinco misterios, se llega hasta la Santa Iglesia Catedral, en la que se celebra la Eucaristía en honor a María que culmina con el tradicional canto de la Salve.