Esta jornada, promovida anualmente desde 1843 por las Obras Misionales Pontificias en el cuarto domingo de Enero, busca varios objetivos: Ayudar a despertar la conciencia misionera de los más pequeños, para que los niños ayuden a los niños, con oraciones, sacrificios y aportaciones materiales; Profundizar en la dimensión misionera que brota del bautismo, favoreciendo así la iniciación cristiana de los niños a la misión de la Iglesia; Colaborar con padres, catequistas y profesores en la formación misionera universal de los niños; Crear una red de solidaridad humana y espiritual entre los niños de todos los continentes.
La diócesis de Valladolid, a través de su Delegación de Misiones, ofrece materiales educativos para preparar esta jornada a parroquias, familias y colegios. La jornada también incluye una colecta a favor de los misioneros en todas las parroquias. En la Eucaristía especial, a la que están invitados los niños y sus animadores y familias, se les pide ayuda para difundir el Evangelio.