Publicado: BOA 2003, 0.
1. Consideramos que los “ alejados” son personas que exigen a la Iglesia una apuesta real y concreta de acercamiento pastoral. Ello resulta esencial en el contexto de la nueva evangelización.
2. Creemos que es necesario hacer un discernimiento sobre quiénes son dichos “ alejados”. Quizá debamos buscar, en primer lugar, propuestas de acercamiento entre “ los cercanos” (pastoral diocesana, mundo de la salud...). Los “ alejados”, a veces, están muy cerca de nosotros.
3. Somos conscientes de vivir, y consecuentemente llamados a anunciar la Buena Nueva, en una sociedad marcada por claros signos de recelo — y a veces de rechazo— de la fe cristiana y muy especialmente de la Iglesia en cuanto institución. Pero también estamos convencidos de que es una sociedad que ofrece muchas posibilidades para este anuncio cuando se hace desde una identidad madura y una vida coherente, como base. El Espíritu del Resucitado sigue hoy presente en medio de nosotros, “ cercanos y alejados”.
4. El mundo de la salud es hoy una realidad secular que se ha desarrollado profundamente en nuestros días. Saludamos con gozo y agradecimiento el gran servicio a la salud de todos nosotros que ello ha significado. Pero también advertimos políticas, programas y actitudes profesionales que propician estilos de acción que deshumanizan la asistencia. En todo caso, este mundo de la salud ha sido, es y continuará siendo un escenario propicio para el encuentro del hombre con sus necesidades más hondas, dadoras de sentido. Muy especialmente es un mundo propicio para este encuentro en el caso en que hemos dado en llamar “ los alejados”.
5. El ser humano vive, y por lo tanto enferma, en el marco de una familia. Esta se siente afectada — y a veces gravemente— en este proceso. Creemos que resulta un momento especial para acompañarla y cuidarla desde los agentes de pastoral de la salud. Consideramos esencial la acción en este campo por parte de los equipos de pastoral de la salud de las parroquias.
6. No podemos eludir el anuncio de la Cruz como parte integrante del seguimiento de Jesús de Nazareth. Pero no de una Cruz centrada en un mensaje dolorista, sino integrada plenamente en el amor y la Resurrección, en el mensaje Pascual, quicio de nuestra fe.
7. Creemos que la Pastoral de la Salud adquiere una identidad importante dentro de la pastoral integral de la Iglesia, máxime en una sociedad como la nuestra y el contexto de una nueva evangelización. Humildemente consideramos que no siempre se ha reconocido esta importancia. Pedimos, por ello, que desde la Conferencia Episcopal de España se arbitren las medidas adecuadas en personas, a dedicación plena, a la coordinación del Departamento de Pastoral de la Salud de la misma.