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El arzobispo de Valladolid espera que el encuentro de Colonia sirva para vivir una “experiencia de fe”, donde convivan cristianismo y modernidad

13 de agosto de 2005


Los 318 peregrinos de la región que participan en la XX Jornada Mundial de la Juventud de Colonia reciben la bienvenida de la diócesis de Magdeburgo, acompañados de Braulio Rodríguez

Los 318 jóvenes de Castilla y León que participan en la XX Jornada Mundial de la Juventud de Colonia recibieron hoy en la catedral de Magdeburgo la bienvenida del obispo de esta diócesis alemana, Leo Nowack, donde se reunieron con los peregrinos procedentes de Wittemberg, Halle, Megdeburg, y de otros municipios que se trasladaron en 20 autobuses.

Además, en la catedral gótica de la ciudad les esperaban jóvenes de Francia, República Checa, Suiza y Brasil para participar en la eucaristía que estuvo concelebrada, entre otros, por el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez. La ceremonia, en la que recibieron el bautismo tres jóvenes — dos franceses y uno de Benim—, se celebró en las diferentes lenguas sitas en Magdeburgo.

El ordinario de Valladolid, que llegó ayer por la noche a la ciudad de Magdeburgo para iniciar su peregrinación con los jóvenes de la región, indicó a Ical que espera que el encuentro de Colonia permita «vivir una experiencia profunda de fe, donde convivan el ser cristiano con la modernidad»

«Es un encuentro nuevo, pero del que ya conocemos su funcionamiento por anteriores ocasiones. Será un buen momento para el intercambio de inquietudes espirituales», mantuvo el arzobispo de Valladolid, quien se mostró «gratamente satisfecho» de la acogida por parte de los anfitriones y del recibimiento que los jóvenes de su diócesis le habían dispensado.

Respecto a su opinión sobre el provecho de estos encuentros para los jóvenes de la Comunidad, monseñor apuntó que «la mayor parte sabe que estos días le ayudarán en su fe, para otros la aventura será una realidad y otros hallarán grandes sorpresas inesperadas».

Rodríguez manifestó que la Jornada Mundial de la Juventud será el primer gran acto público del nuevo papa, Benedicto XVI, que «estaba ya en marcha antes» de su llegada. «Tendrá una inercia respecto a las anteriores», dijo, para continuar: «El programa ya se había fijado con Juan Pablo II aunque se ha procedido a hacer pequeñas modificaciones. No conozco a este Papa como papa. Seguramente, estoy convencido de que él no va a imitar a su predecesor, sino que ofrecerá un mensaje sencillo, directo, en este mundo multicultural que tanto necesita volver a sus raíces cristianas».

Nuevo Pontificado

Preguntado acerca de cuál serán las características del Pontificado de Joseph Ratzinger, el arzobispo indicó que «Benedicto XVI ha sido elegido con veinte años más que su antecesor, de gran empuje vital. Benedicto XVI será en sí mismo diferente, aunque cada papa se pone a los hombros de los anteriores. Ratzinger hará una discontinuidad dentro de la continuidad. Va a marcar unas líneas de fuerza de cómo ser cristiano en esta sociedad tan universal donde hay numerosos aspectos de la Iglesia que deben ser abordados». «Él, mejor que nadie, ha podido ver los problemas de los creyentes desde su anterior puesto. Buscará un entronque entre la fe y la humanidad. Por ejemplo, aquí en Alemania, esta jornada es un milagro por los pocos cristianos existentes».

Por último, Rodríguez se mostró satisfecho de que esta cita reúna a más de 50.000 españoles, una cifra mayor que en anteriores ocasiones, excepto en Santiago y Roma, lo que demuestra, a su juicio, que los jóvenes quieren ser cristianos.

Festival de las naciones

Tras la eucaristía y la celebración de la comida de confraternidad en la plaza de la catedral, arrancó el Festival de las naciones, durante el que los asistentes pudieron conocer distintas costumbres, canciones y danzas de cada una de las naciones participantes. El certamen se desarrolló bajo un cielo encapotado y unas temperaturas inferiores a las acostumbradas en España e incluso en Alemania que no pudieron apagar el color con que se llenó el espacio.

Después, al regreso a las localidades de acogida, se celebró una nueva fiesta con unos anfitriones que se desviven, jornada tras jornada, por atender las necesidades de los castellanos y leoneses. Esta fiesta se une a la que ayer se llevó a cabo en el Día del Servicio Social, un éxito en mayúsculas de la capacidad de entrega y colaboración de todos los peregrinos.

Patricia Diez / Ical