Asamblea sinodal de la CEE: Propuestas de la Iglesia en España para el Sínodo del 2024

Asamblea sinodal de la CEE: Propuestas de la Iglesia en España para el Sínodo del 2024

6 mayo, 2024

El sábado 4 de mayo, se presentó en la Asamblea sinodal de la Conferencia Episcopal Española, el resumen de las aportaciones de 54 diócesis y 20 realidades eclesiales diversas, tanto por su tamaño como por su naturaleza, a partir del trabajo del documento de síntesis del sínodo de octubre 2023 centrado en la pregunta ¿Cómo ser una iglesia sinodal en misión?

La reunión estuvo presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Monseñor Luis Argüello y por el coordinador del equipo sinodal de la CEE, Monseñor Vicente Jiménez. El secretario de este equipo, Luis Manuel Romero, actuó como moderador, además de hacer la presentación.

Este resumen, que se tendrá en cuenta para la redacción del Instrumentum Laboris del sínodo de los obispos de octubre de 2024, coincide con los aspectos más relevantes y que sonaron con más fuerza en la aportación de nuestra diócesis, como son: la iniciación cristiana, cómo evangelizar en la sociedad actual siendo conscientes de que es una tarea de todos los miembros de la comunidad; y la preocupación por los pobres, atendiendo a las nuevas pobrezas y cambiando nuestras actitudes y forma de actuar.

Otros aspectos que también se han recogido son: las mujeres en la vida y en la misión de la Iglesia, desde el reconocimiento de la igual dignidad que nace del Bautismo; reconocer la diversidad de las vocaciones como riqueza y trabajar en la complementariedad y con corresponsabilidad, lo que significa entender cada uno su participación como un servicio y no como una responsabilidad o cargo.

Para poder trabajar mejor con corresponsabilidad se recogen algunas propuestas de órganos y ministerios que, o bien existen ya, pero deben renovarse, o bien deben crearse: los Consejos Pastorales y Económicos, que supongan una representación amplia de la vida de la Iglesia o de la comunidad tanto en sus miembros como en los temas que se traten, que sean deliberativos y exista una interconexión entre diversos Consejos; la institución de los ministerios laicales, la creación del ministerio de la acogida, la escucha y el acompañamiento; implantar un servicio vocacional para presentar la vida como vocación, entre otras iniciativas.

Tras el resumen se presentaron algunas prácticas sinodales que se están realizando en otras parroquias y diócesis. En la nuestra se han puesto en marcha muchas de las cuestiones planteadas: renovación del directorio de iniciación cristiana, renovación y creación de los consejos parroquiales pastorales y los ministerios laicales, entre otras acciones.

Si bien es verdad que la participación en esta última fase ha sido menor en todas las diócesis, fruto en muchos casos del cansancio de tener que trabajar un documento más, debemos caer en la cuenta de que no se trata de un documento, de una fase o etapa que finalizar, sino de un camino para seguir avanzando en comunión, participación y misión; de una forma de ser Iglesia en el siglo XXI en la que todo el pueblo de Dios estamos llamados a participar.

Comunicación de experiencias y diálogo sobre el documento de trabajo

El documento de trabajo «Hacia octubre de 2024» está abierto. El eje de la Asamblea giró en torno al interrogante: ¿Cómo estoy yo y mi comunidad en sinodalidad? Se trabajó, para empezar, con una preparación personal y luego, se pasó a nivel de comunidad. Un trabajo que permitió medir el termómetro de la sinodalidad en la diócesis. Como resultado, se concretó que la escucha y el diálogo son la base para caminar juntos. De hecho, en la escucha se centrará el trabajo del próximo año.

Eucaristía de clausura

La Asamblea que transcurrió en un clima de reflexión, escucha, diálogo y oración, finalizó con la celebración de la Eucaristía presidida por nuestro arzobispo, que en su homilía señaló que “la Eucaristía nos hace caer en la cuenta de que la Iglesia, en tanto Iglesia sinodal, no ha salido a dar una vuelta, sino a realizar una peregrinación hacia el Cielo. Una peregrinación en la que canta gloria a Dios y anuncia este cántico a quien quiera escucharlo”.

El proceso sinodal “nos ha permitido sacar brillo a lo que significa nuestra común vocación bautismal”. “Somos un pueblo débil, pero estamos, sin duda, siendo agraciados por una siembra. Y queremos compartir y sembrar, porque la sinodalidad no es un tema, sino una forma de ser. Es la Iglesia que camina y se reúne, la Iglesia del Cenáculo y de la salida apostólica”, concluyó Monseñor Argüello.