Colegio Jesús y María: Raíces de una historia

Colegio Jesús y María: Raíces de una historia

22 noviembre, 2017

21-11-2017__ La congregación de las HH. Carmelitas de la Caridad, fundada en Vic (Barcelona), el 26 de febrero de 1826, fundada por Joaquina de Vedruna, fue la primera orden religiosa femenina, no de clausura, dedicada a la educación. De Cataluña pasó al resto de España y recaló en Valladolid, a petición de José María Ferrer, auditor y asesor de la nunciatura, que puso en comunicación al Arzobispado con el instituto. De eso hace ahora la friolera de 150 años y las religiosas, familias, empleados, estudiantes y antiguos alumnos han iniciado la conmemoración de una efeméride que festejarán por todo lo alto durante el presente curso escolar. Y no es para menos, porque el Jesús y María es el colegio ‘de niñas’ más veterano de la región.

 

El aterrizaje en Valladolid se tradujo en una casa para niñas pobres en el barrio de San Andrés y no fue hasta 1983 cuando se trasladaron al actual edificio, el palacio de Los Vitoria, en la Plaza de Santa Cruz. En 1877, tan solo una década después de su llegada, la congregación regentaba en la ciudad tres colegios diferentes y educaba a cerca de un millar de alumnas, porque, además del Jesús y María, atendió la solicitud del Arzobispado y se hizo cargo del colegio de huérfanas nobles (Dulce Nombre de María) y, a petición del Ayuntamiento, de una escuela pública en la calle Mantería que pasó a denominarse Nuestra Señora de la O.

 

En la actualidad, las Vedrunas cuentan con seis comunidades en Valladolid y en el municipio de La Cistérniga y, además de realizar otras muchas actividades relacionadas con su carisma (impulso de una sociedad más justa, ternura de la Iglesia en el mundo del dolor, compromiso con la marginación, amor preferencial hacia los pobres, dedicación incansable a los jóvenes y/o promoción decidida de la mujer) gestionan el colegio Ave María, que el año pasado cumplió sus bodas de oro, y el avezado Jesús y María, que cuenta con 750 alumnos y 50 profesores.

 

A favor de la clase obrera

Así narra José María Ferrer la fundación del colegio: “Se trataba de montar en el barrio de San Andrés una enseñanza gratuita a favor de la clase obrera. El 5 de julio de 1867 un grupo de cinco hermanas, del que era superiora Bárbara Fabregat, se hace cargo del nuevo centro Jesús y María, en el citado barrio, ocupando dos pisos del lado izquierdo de la Casa Pósito, cedidos por el Ayuntamiento. Pasando más tarde, por problemas de la revolución de 1868, a una casa alquilada en la calle del Obispo. La situación definitiva del colegio se logró en 1883, viniendo a ocupar la casa palacio de los Vitoria, fundada en 1615, y situada en la plaza del Colegio de Santa Cruz, nº7”. El colegio se amplía posteriormente con varias compras y terrenos hasta constituir el actual complejo, formada por dos edificios. Aunque el nombre oficiales Jesús y María, también se le conoce como ‘El Museo’, debido a que albergó obras del vecino Palacio de Santa Cruz -actual rectorado de la Universidad de Valladolid- que fue utilizado como museo.

 

‘La presencia de las HH Carmelitas de la Caridad Vedruna en Valladolid’’ conferencia impartida por Maria Antònia Gilibets, ccv, constituyó el pasado 21 de noviembre el pistoletazo de salida de la conmemoración. La ponencia resumió las características del carisma Vedruna, su razón de ser en la educación y su presencia en Valladolid.

 

El próximo 26 de febrero, en el aniversario de la fundación de la congregación, la Catedral acogerá una Eucaristía de acción de gracias presidida por nuestro cardenal arzobispo, don Ricardo Blázquez, y ya en el tercer trimestre, en las proximidades del 22 de mayo (fiesta de Sta. Joaquina Vedruna) se celebrará una semana de actividades de carácter benéfico para las misiones de la orden. Los actos oficiales se clausurarán el 27 de mayo con una celebración cultural en el Calderón y una comida fraterna en el Felipe IV.

 

Con respecto a los alumnos, tal y como explica la coordinadora de Eso y Bachillerato, Goya Álvaro, el aniversario va a ser eje transversal durante todo el curso, con talleres, formación, actividades, pastoral, etc.