Comunicado a la Diócesis de nuestro arzobispo D. Ricardo

Comunicado a la Diócesis de nuestro arzobispo D. Ricardo

Comunicado a la Diócesis de nuestro arzobispo D. Ricardo

27 noviembre, 2018

Por segunda vez quiero informar a la Diócesis sobre el servicio episcopal, después de haber tenido lugar cambios en nuestro ministerio   solicitados desde el exterior a la comunidad diocesana.

La primera vez aconteció cuando fui creado cardenal por el Papa Francisco el día 14 de febrero de 2015. A mi servicio de Presidente de la Conferencia Episcopal Española, que desde hacía algún tiempo venía desempeñando, se unió la colaboración especial con el Papa en cuanto cardenal. En concreto esto ha significado ser miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Congregación del Culto Divino, de la Congregación para las Iglesias Orientales, del Pontificio Consejo de la Cultura y de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede. Ante los dos encargos extra-diocesanos y el tiempo que me exigían estar fuera de la Diócesis, solicité al Papa un Obispo Auxiliar para que el servicio episcopal requerido por la comunidad diocesana no padeciera una notable disminución. Aunque nuestra Diócesis sólo excepcionalmente ha tenido Obispo Auxiliar, la nueva situación así lo aconsejaba, a mi modo de ver. Inmediatamente se me concedió un obispo auxiliar y comenzaron los trámites necesarios para su nombramiento. En efecto. D. Luis recibió la ordenación episcopal en la catedral el día 3 de junio de 2016 en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús tan significativa en nuestra Diócesis. Ambos, en comunión personal y ministerial, hemos venido sirviendo a la Diócesis, y yo desarrollando los encargos exteriores.

Un nuevo hecho me aconseja comunicar a la Diócesis sobre la manera de responder a la situación creada hace pocos días. Cómo es conocido, D. Luis fue elegido Secretario General de la Conferencia Episcopal el día 21 del mes en curso, en primera votación con una clara mayoría de Obispos; Mons. Argüello recibió 45 sufragios y el siguiente de la terna elaborada por la Comisión Permanente 29. En este momento quiero agradecer la confianza depositada en nuestro Obispo Auxiliar por la Conferencia Episcopal, felicitar cordialmente a D. Luis y nos alegramos por su elección que tiene efectos positivos también en nuestra Diócesis. D. Luis, a quien ya se había comunicado la noche anterior que figuraba en la terna de nombres, aceptó “con perplejidad y gratitud” la designación; al aplauso de la Asamblea Episcopal se unió la disponibilidad eclesial del elegido. La nueva situación tanto de D. Luis como Secretario General de la Conferencia Episcopal como la continuidad de mis cargos anteriores nos ha exigido una reflexión sobre la organización de nuestras tareas.

La Secretaría de la Conferencia Episcopal tiene una gran importancia para la Conferencia y también para la Iglesia en España, que reclama una dedicación correspondiente. El cargo es por cinco años. En primer lugar, a D. Luis, pero también a nosotros se nos pide un esfuerzo añadido, que aceptamos como signo de fidelidad al Señor y como servicio prestado generosamente a los hermanos.

Su condición de Obispo Auxiliar de la Diócesis de Valladolid, la cercanía entre Valladolid y Madrid, la existencia de colaboradores competentes en la Conferencia y el hecho de que algunos trabajos se pueden realizar en casa nos llevan a la conclusión de que estando en Madrid tres días a la semana, a saber, martes, miércoles y jueves, es suficiente. Así ha acontecido varias veces en la historia de la Conferencia Episcopal; en cambio, es muy difícil, como ha demostrado la experiencia simultanear la condición de obispo titular de una Diócesis, aunque sea pequeña y no esté distante de Madrid, y el trabajo como Secretario General de la Conferencia, si se quiere cumplir adecuadamente los dos encargos.

Confiamos poder desarrollar razonablemente los dos servicios que se nos ha pedido y que las ausencias no repercutan negativamente en la atención a la Diócesis. Pedimos la compresión de todos.  Es probable que los arciprestes deban intensificar su trabajo; que las reuniones de los organismos diocesanos tengan que cambiar algunos días de sus sesiones de trabajo; y que nuestra menor disponibilidad de tiempo nos limite ocasionalmente. En todo caso, si la experiencia nos aconsejara otra distribución de los servicios diocesanos, os informaríamos puntualmente y entre todos buscaríamos la mejor solución.

Recibid un saludo cordial de nuestra parte.

Valladolid, 26 de noviembre de 2018

 

+ Cardenal Ricardo Blázquez Pérez

Arzobispo de Valladolid.