La relación padres e hijos, la fe y el duelo: Grandes retos de la familia

La relación padres e hijos, la fe y el duelo: Grandes retos de la familia

20 febrero, 2019

Del 19 al 24 de febrero de 2019

 
La Semana Pastoral que cada año organiza el Instituto de Fe y Desarrollo de la Compañía de Jesús en la Sala Borja de la capital, se desarrolla este año en colaboración con la delegación de Familia y Vida de la Archidiócesis de Valladolid bajo el título Acompañando la vida. Grandes retos de la familia. Tres sesiones y un taller que proporcionaron a los asistentes la oportunidad de abordar tres retos importantes en la vida de la familia actual: la relación padres e hijos; el duelo y la transmisión de la fe. A ellos se acercaron expertos conocedores, por formación académica y por experiencia profesional. Los tres ponentes desarrollan su vocación de acompañamiento familiar y es su experiencia sobre la que construyen un relato del que muchas familias pueden aprender y extraer claves para su puesta en práctica.

 
El martes, 19, David Cabrera SJ de la Universidad Pontificia Comillas, impartió “Acompañamos mutuamente en el afecto: la relación entre padres e hijos” La experiencia de la familia es la experiencia de la creación de vínculos sanos que faciliten una vida afectiva capaz de hacer feliz a los miembros que la componen. Hay muchos elementos esenciales que forman parte de esta experiencia. Los apegos y las relaciones que se entablen en la familia van configurando una manera de vivir que posibilite el crecimiento y el desarrollo de una vida saludable. No todo el peso recae sobre los padres ni es exclusivo. La relación entre unos y otros, padres e hijos, va configurando un entramado emocional que capacita la madurez necesaria para el buen desarrollo de los miembros de la familia.

 
El miércoles 20, Ana Cuevas, del equipo de orientación del Centro de Orientación Familiar de Valladolid (COF) abordó “Acompañar a las familias en el duelo” (Vídeo). El duelo, un tema del que normalmente no queremos hablar, pero se torna muy necesario cuando muere alguien querido en la familia. Vamos a responder a algunas de las preguntas que los dolientes suelen hacerse con más frecuencia: ¿Me estoy volviendo loco? ¿Cuánto tiempo dura el duelo? ¿Qué puedo hacer para que se me pase? Y vamos a esbozar cómo acompañar a las familias ante distintas situaciones de duelo. Esperamos suscitar el suficiente interés como para que los asistentes quieran saber algo más; y sobre todo queremos generar esperanza. Una esperanza realista, concreta, que nos ayude a no mirar para otro lado ante el único hecho que todos y cada uno sabemos que vamos a tener que afrontar en algún momento. Como dice Boris Cyrulnik: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”.

 
Ayer jueves,  Padre, madre, abuelo, hermano…y además, compañeros de camino, o cómo ” Acompañar la transmisión de la fe en la familia”, impartida por Alfonso Salgado, psicólogo de laUniversidad Pontificia de Salamanca. Se abordaron las fortalezas de la familia, los indicadores que parecen asegurar una familia más feliz y más habitable. Se hablará también de la opinión actualizada que los jóvenes de nuestro entorno tienen de sus familias y las relaciones con sus padres, hermanos y abuelos. Desde ahí, tendremos en cuenta algunas experiencias de jóvenes que han encontrado sentido a la vida desde la fe y qué papel ha jugado su familia en ese proceso. Con esos datos en la mano, invitaremos a una reflexión acerca del papel de los padres, hermanos y abuelos en la transmisión de la fe y el sentido, así como algunas propuestas concretas que puedan ayudarnos a unos y otros a crecer más y más felizmente, porque eso es la fe que queremos transmitir: una opción de sentido que nos hace mejores.

 
El ciclo culmina con un taller, mañana sábado 23 de febrero, bajo el título  “Del caos a la reconstrucción. Destellos de luz para atravesar el duelo” impartido por Mercé Castro, que partirá  de su experiencia personal para ofrecer estrategias para abordar el duelo dentro de la familia. El taller está especialmente dirigido para  las personas que atraviesan un gran duelo y quieren, sin rehuir el dolor, volver a amar la vida, pero también para los familiares, amigos, psicólogos, personal sanitario y voluntarios que acompañan a las personas en duelo.