Reconciliarse con uno mismo, el camino que nos hace libres

Reconciliarse con uno mismo, el camino que nos hace libres

27 mayo, 2019

27.mayo.2019__  Bajo el título Tres escenarios de la reconciliación,  el Instituto de Fe y Desarrollo de los jesuitas de Valladolid ha celebrado la Semana Social. Desde el lunes hasta el próximo miércoles 29, a las 20h. en la Sala Borja, tres ponentes abordaron la reconciliación desde tres perspectivas distintas. Un tema muy presente en la misma Compañía de Jesús y que preocupa mucho al papa Francisco y a la Iglesia actual porque en él se juega el futuro del mundo. De los muchos escenarios necesitados de reconciliación, el Instituto ha escogido tres:

 

 

  • Lunes 27 de mayo. Nuestro propio yo. El psiquiatra Miguel Boronat habló de Reconciliarse con uno mismo, el camino que nos hace libres. Traído y llevado por tantos movimientos interiores y externos, es un primer campo donde desarrollar la reconciliación. Esa reconciliación hace posible vivir en paz con nosotros mismos y salir al mundo sin agresividades ni ansias posesivas que terminan siempre en destrucción.

 

  • Martes 28 de mayo. La naturaleza. La representante de la CONFER del Área de Justicia y Solidaridad, Ana I. González, habló de Aprender el lenguaje de la fraternidad y la belleza con todo lo creado.  Otro de los grandes escenarios de la reconciliación como ha puesto de relieve la encíclica  del Papa, “Laudato si”. “Sin el cuidado de la Casa Común no hay futuro. Es deber nuestro reconciliarnos con ella, quererla, no herirla. Nuestro apetito insaciable de crecimiento y confort está poniendo en cuestión su supervivencia y, con ella, la de nuestros sucesores”.

 

  • Miércoles 29 de mayo. Los demás. El jesuita Elías López, colaborador del Servicio Jesuita al Refugiado (SJR), abordó este escenario como Reconciliados-reconciliadores: amar al enemigo. Abordar el tema de la reconciliación lleva ineludiblemente hacia los demás. Ese es el primer escenario que viene a la mente. “Como cristianos sabemos y hemos experimentado que Dios nos ha reconciliado consigo en Jesús, nuestro Salvador. Esta experiencia está llamada a liberar en nosotros las fuerzas del amor a los demás, convirtiéndonos de reconciliados en agentes de reconciliación con los otros y con el mundo”.