Arzobispo
Ricardo Blázquez Pérez

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Relación

Visita ad Limina Apostolorum 2014

Relación 2004-2013.
Evaluación general
y perspectivas para el futuro

1 de diciembre de 2013


Temas: Archidiócesis de Valladolid.

Publicado: BOA 2013, 669.


  • (Introducción)
  • 1. Simplificación de la organización diocesana
  • 2. Santuario Nacional del Sagrado Corazón y Centro Diocesano de Espiritualidad
  • 3. Las Edades del Hombre
  • 4. Semana Santa
  • 5. Mi servicio episcopal en la Archidiócesis
  • 6. Año de la Fe
  • 7. Sacerdotes y diáconos
  • 8. Seminario y seminaristas
  • 9. Religiosos y religiosas
  • 10. Pastoral juvenil
  • 11. Directorio Diocesano de los Sacramentos de Iniciación Cristiana

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    A continuación, me voy a referir a algunos aspectos de la vida diocesana, que anteriormente han sido presentados en los diversos informes. Mi conocimiento es limitado, ya que comencé el ministerio episcopal en Valladolid el 17-4-2010 .

    1. Simplificación de la organización diocesana

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    La organización territorial de la Archidiócesis ha sido reformada parcialmente, buscando una mayor simplificación y una correspondencia más adecuada con sus dimensiones y con las condiciones actuales de comunicación. Después de un tiempo de estudio llegamos a la conclusión de que convenía reducir el número de arciprestazgos y el número de miembros en el Consejo Presbiteral y en el Consejo Pastoral Diocesano . Una vez realizada esa fase y experimentado su funcionamiento, se han suprimido las Vicarías Episcopales territoriales y se ha configurado de forma distinta el Consejo Episcopal ; esta segunda fase ha comenzado en el presente curso pastoral. La reforma ha sido bien recibida, pues fue tratada ampliamente en los correspondientes órganos de asesoramiento; el funcionamiento actual es más ágil y esperamos que más eficiente, ya que se han evitado duplicidades y simplificado trámites. Deseamos que, de esta forma, los arciprestes puedan ser en su territorio instrumentos más aptos de comunión y de animación pastoral, no solo de los presbíteros entre sí y con el obispo, sino también de consagrados y de laicos. Actualmente hay cuatro arciprestazgos en la ciudad y cinco en las zonas rurales.

    2. Santuario Nacional del Sagrado Corazón y Centro Diocesano de Espiritualidad

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    En la ciudad de Valladolid existe el Santuario Nacional del Sagrado Corazón de Jesús, que desde hace décadas es un foco de espiritualidad en la Archidiócesis y en otros muchos lugares. El origen histórico se sitúa en la comunicación especial del Sagrado Corazón de Jesús en 1733 a un estudiante jesuita, nacido en 1711 en un pueblecito llamado Torrelobatón (Valladolid), que había hecho el noviciado en Villagarcía de Campos, los estudios de Filosofía en Medina del Campo y los de Teología en el Colegio San Ambrosio, adjunto al actual Santuario, y que murió en una epidemia de tifus en 1735, antes de cumplirse un año desde su ordenación sacerdotal. Bernardo Francisco de Hoyos, que así se llamaba, una vez recibida la misión particular del Señor, se entregó con un celo incontenible a difundir la devoción al Sagrado Corazón; su actuación se situó en la onda de las revelaciones del Señor a la religiosa salesa santa Margarita María de Alacoque en Paray-le-Monial, y del venerable P. Claudio de la Colombière, que, después de asesorar a santa Margarita, fue director espiritual en Lyon del jesuita P. Joseph Gallifet, que escribió un libro sobre esas revelaciones, el cual pudo leer el joven Bernardo Francisco de Hoyos en la Biblioteca del Colegio San Ambrosio. El P. Hoyos fue beatificado en un acto magnífico y muy concurrido celebrado en Valladolid el 18-4-2010 , al día siguiente del comienzo de mi ministerio episcopal en esta Archidiócesis, adonde fui trasladado desde la Diócesis de Bilbao. El Santuario es un lugar de culto muy importante; además de la Eucaristía, celebrada varias veces al día, se ofrece de forma abundante la oportunidad de recibir el sacramento de la Penitencia, que es ampliamente frecuentado, y tienen lugar otros actos de piedad, participados asiduamente por bastantes personas. El Santuario imprime una marca especial a la Archidiócesis de Valladolid, y considero como una encomienda especial cuidarlo y promoverlo, también para acoger y servir a muchas personas y grupos que viven fuera de Valladolid. Amplía el servicio del Santuario una casa dirigida por religiosas, en la que se pueden adquirir libros y otros objetos de devoción y de culto.

    Anejo al Santuario se encuentra el Centro Diocesano de Espiritualidad, antiguo Colegio San Ambrosio, que fue propiedad de los obispos escoceses durante unos dos siglos, después fue adquirido y restaurado por la Archidiócesis, y viene funcionando con estos servicios desde hace unos veinticinco años . Presta una ayuda excelente a la Archidiócesis como casa de espiritualidad y de encuentros, retiros, ejercicios espirituales, reuniones y convivencias; en él tienen lugar congresos, jornadas de estudio y conferencias. Hay un grupo de personas, sacerdotes y fieles laicos, que lo cuidan, y ofrecen también la posibilidad de una orientación espiritual en sintonía con la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, renovada por algunos padres jesuitas. En este campo, es un lugar de referencia para la Archidiócesis y para España en general.

    3. Las Edades del Hombre

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    La Fundación Las Edades del Hombre, cuyos patronos son los obispos de las once diócesis que hay en el territorio de Castilla y León, lleva el nombre de una Exposición que tuvo lugar en la Catedral de Valladolid en 1988-89 , centrada en la historia de la salvación. Es una iniciativa que, bajo la dirección de un presbítero de Valladolid y con la colaboración de unos seglares insignes, asumieron los obispos de estas diócesis. La Exposición fue una sorpresa extraordinaria, con éxito de crítica y de visitantes, entre los que había gente sencilla y muchos escolares; expuso obras del muy abundante y valioso patrimonio de catedrales, parroquias y monasterios de Castilla y León. La muestra unió la dimensión artística, creyente y catequética de una forma tan ejemplar que abrió camino a otras experiencias semejantes. Este año se celebran los 25 años de aquella iniciativa, y como memoria agradecida se ha organizado una pequeña muestra en la misma Catedral de Valladolid. Los datos manifiestan el éxito de esta empresa: han tenido lugar 18 exposiciones, una de ellas en Amberes y otra en Nueva York; se han mostrado más de 4000 piezas, se han restaurado más de 1800, y las han visitado más de diez millones de personas. Constituyen un acontecimiento religioso-cultural de primera magnitud, y han sido un impulso poderoso para conocer, apreciar, limpiar y restaurar piezas y edificios. Se ha recuperado el sentido religioso que dio origen a un patrimonio que, en estas diócesis, es excepcional. Actualmente colabora eficazmente el Gobierno Regional, ya que es también una fuente de visitantes, de conocimiento del territorio y de ingresos económicos. Las diócesis están decididas a continuar con la serie de exposiciones, que mantienen una valoración muy alta de los numerosos visitantes. La última, titulada “Credo”, en el marco del Año de la Fe , se ha desarrollado durante varios meses en Arévalo (Ávila) ; y la próxima tendrá lugar en Aranda de Duero (Burgos), y tratará sobre la Eucaristía.

    4. Semana Santa

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    En la ciudad de Valladolid, y en las ciudades de Medina del Campo y Medina de Rioseco, también de la Archidiócesis, la celebración de la Semana Santa es literalmente espléndida; además de las celebraciones litúrgicas, muy concurridas por los fieles, las manifestaciones de piedad popular han merecido atención nacional e internacional. El pregón de la Semana Santa, el sermón de las Siete Palabras y las procesiones son acontecimientos de honda piedad y de fe, al tiempo que manifestaciones artístico-religiosas de primera categoría, que atraen a miles de visitantes. Las numerosas cofradías penitenciales son las responsables de organizar estas expresiones religiosas. Este año se han iniciado unas charlas de formación a los cofrades para que la dimensión de fe y de piedad esté siempre despierta; la respuesta de adultos y jóvenes ha sido alentadora. Se puede afirmar que las cofradías, en las que participan familias enteras que suceden a padres y antepasados, son un factor muy importante que resiste, disminuye y compensa la incidencia de la secularización ambiental. Las manifestaciones populares de la Semana Santa son vividas en general con piedad honda y sincera; Valladolid en Castilla y Sevilla en Andalucía son los focos más importantes de la Semana Santa en España. En Valladolid está también muy arraigada la tradición belenista que, a su modo, ayuda a la celebración cristiana de las fiestas de Navidad.

    5. Mi servicio episcopal en la Archidiócesis

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    En Valladolid hay muchas instituciones religiosas y, en general, bastante vitalidad cristiana. Hay muchas peticiones para que el obispo presida celebraciones y otros encuentros pastorales en la Archidiócesis; la actual movilidad facilita el desplazamiento a todos los rincones de la Diócesis, incluyendo pueblos pequeños, muchos de los cuales padecen una constante despoblación y un envejecimiento creciente. Bastantes sacerdotes padecen esta dispersión de su feligresía; hay muchos pueblos donde apenas hay niños ni jóvenes. He podido armonizar razonablemente la abundante actividad en la Archidiócesis con otros servicios supradiocesanos que se me han pedido (vicepresidencia de la Conferencia Episcopal Española, participación en la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva evangelización en 2012 , visita apostólica a los religiosos de la Legión y a los consagrados de Regnum Christi, conferencias en diversas diócesis españolas y del exterior, etc.). Tengo programada la visita pastoral a una zona de la Archidiócesis, que realizaré, D. m., después de Semana Santa, ya que en invierno es más difícil la participación de las personas, sobre todo mayores, en iglesias sin calefacción. Las parroquias y grupos cristianos agradecen la presencia del obispo; las comunidades de vida contemplativa son visitadas de vez en cuando, aprovechando también sus efemérides especiales. Tengo la experiencia y la convicción de que las relaciones entre obispo, presbíteros, consagrados, laicos y autoridades civiles es buena. El 29-5-2013 celebré en la Archidiócesis el 25º Aniversario de mi ordenación episcopal , con una participación cordial y numerosa.

    6. Año de la Fe

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    El Año de la Fe ha sido celebrado con actividades en las parroquias y comunidades, y con convocatorias en las zonas pastorales y en la Archidiócesis. Al comenzar el Año de la Fe, ofrecí a la Diócesis, en una carta pastoral , materiales teológico-pastorales y de orden espiritual sobre la revelación, la evangelización, la fe y la misión en nuestra situación, marcada por una honda crisis económica, social, ética, antropológica y religiosa. Han tenido muy buena participación las celebraciones de apertura y de clausura ; hubo vía crucis particulares en la ciudad y en otros lugares. La que llamamos “Semana de la fe” fue muy concurrida por presbíteros, jóvenes y religiosos, y en la Parroquia San Andrés, donde se venera la imagen del “Cristo de la fe”, ha habido celebraciones periódicas, también penitenciales. Durante el año he ido comentando el Credo Apostólico en la revista quincenal Iglesia en Valladolid , comentarios que han sido publicados en forma de libro, hace un par de meses, por la Biblioteca de Autores Cristianos de la Conferencia Episcopal . Tengo la persuasión de que el Año de la Fe ha dejado un buen recuerdo y una llamada a vivir y cultivar la fe.

    7. Sacerdotes y diáconos

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    En general, se puede afirmar que los sacerdotes se encuentran en una situación de serenidad. Algunos que se habían distanciado se han aproximado; otros, ya mayores, que hicieron su trayectoria personal bastante al margen, han quedado como en “vía muerta”. Quizá pueda haber silencio y repliegue interior, pero no rechazo exterior. La relación del obispo con los sacerdotes es fluida.

    Hay un grupo de diáconos permanentes, algunos ordenados hace años, ya que en Valladolid el diaconado fue instaurado pronto ; su colaboración es en general satisfactoria. Dos candidatos están en periodo de formación y de clarificación vocacional. Hay algunos con dedicación a tiempo completo por motivos de edad y jubilación en su trabajo que colaboran admirablemente. Un sacerdote, otros presbíteros y un diácono tienen el encargo de acompañar a los diáconos en todos los órdenes de la formación básica y permanente.

    Con los sacerdotes jóvenes, ordenados hasta hace ocho o diez años, tengo reuniones periódicas. En esos encuentros rezamos y celebramos juntos, convivimos, reflexionamos sobre algún tema de Teología o pastoral, y charlamos distendidamente sobre los trabajos del ministerio; son reuniones muy agradables.

    Los sacerdotes enfermos y ancianos están bien atendidos en una Residencia sacerdotal y por otras vías.

    En la formación permanente del clero y en los retiros espirituales, yo participo también con alguna intervención. En el retiro de Cuaresma celebramos el sacramento de la Penitencia, según la fórmula B del Ritual.

    Hay algunos sacerdotes, más bien jóvenes, que, aunque tienen el servicio pastoral de bastantes pueblecitos, se resisten a convocar las asambleas dominicales en ausencia de presbítero.

    8. Seminario y seminaristas

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    El Seminario no ha dejado de existir ni de dar frutos en la Archidiócesis; desde hace años reciben la ordenación aproximadamente dos o tres. Está bien centrado, tanto en el clima formativo como en las celebraciones y práctica de la oración. Los formadores son sacerdotes bien preparados que infunden confianza. La formación académica se recibe en el Centro de Estudios Agustiniano, agregado a la Facultad de Teología de Burgos; las provincias de la Orden apoyan decididamente el Instituto, y hay varios profesores presbíteros diocesanos. Algunos profesores deben madurar todavía en eclesialidad y acrecentar su dedicación. Está siendo un motivo de esperanza tanto el número creciente —unos 30— como la calidad personal de los alumnos del Seminario Menor. Los fieles de las parroquias apoyan en general a los seminaristas y los animan en su vocación.

    9. Religiosos y religiosas

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    Hay casi treinta conventos de religiosas de vida contemplativa en la Archidiócesis. En general padecen la escasez de vocaciones, que en algunos casos es paliada por religiosas procedentes de otros países; los conventos están debilitados tanto por número como por edad. No se puede decir que no sean fieles a su género de vida y a sus textos normativos, pero se resienten, entre otros factores, del ambiente general de enfriamiento religioso y de fe con baja vitalidad, que dificulta el surgir de las vocaciones. Algunas comunidades prolongan la existencia con tanta terquedad como buena voluntad. Dos comunidades de carmelitas descalzas y de capuchinas se han unido en los últimos años; los trámites se han llevado a cabo muy bien. Y una comunidad de dominicas se ha unido a otra de Salamanca con dificultades, que se han superado razonablemente bien.

    En la Archidiócesis hay religiosos con encargo parroquial, que cumplen bien su misión; sus celebraciones son en general muy frecuentadas, y se debe agradecer su servicio en el sacramento de la Penitencia. Hay también comunidades dedicadas a la enseñanza, en las que, por razones de edad, muchas religiosas no pueden desarrollar su vocación docente; y me da la impresión de que tanto los religiosos como las religiosas de la Escuela católica están subrayando más su identidad cristiana y vocacional. En obras de caridad con pobres, inmigrantes, enfermos y ancianos, manifiestan una inmensa generosidad.

    10. Pastoral juvenil

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    Me produce una buena impresión la celebración del sacramento de la Confirmación, que reciben muchos grupos (10-20 adolescentes o jóvenes) en las parroquias y también en colegios, habiendo tomado parte en una catequesis de aproximadamente dos años de duración. Aunque el número es más bajo que antes, casi siempre responden algunos a la convocatoria. Cuesta trabajo la continuidad posterior para participar en la vida y misión de la Iglesia. Hay jóvenes que son cofrades y otros que colaboran en catequesis y tareas caritativo-sociales como voluntarios, y está despertando de nuevo la pastoral universitaria con algunos grupos.

    Muchos participaron en la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid ; más de mil jóvenes de otros países vinieron a la Archidiócesis durante los días previos, formándose un ambiente que comunicaba alegría y esperanza a la Iglesia y a la sociedad. Algunos fueron acogidos en familias, y en todos quedó una impresión muy bella y alentadora. Como a Río de Janeiro era difícil ir, también por la cuestión económica, los obispos de varias diócesis convocamos un encuentro de jóvenes en Ciudad Rodrigo, coincidiendo con los días de la Jornada Mundial; fueron días de convivencia, de oración, de celebraciones y de reflexiones interesantes, que dejaron una huella profunda y un recuerdo muy grato. Además, más de treinta jóvenes de comunidades del Camino Neocatecumenal, que está presente en varias parroquias de la Archidiócesis, fueron a Río de Janeiro.

    Tengo la experiencia de que la Iglesia se acerca por varias vías a los jóvenes, y estos a la Iglesia, de ordinario, sin rechazos ni sospechas, aunque la imagen de nuestras celebraciones no está bien compensada en edades.

    11. Directorio Diocesano de los Sacramentos de Iniciación Cristiana

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    Acabamos de publicar un Directorio Diocesano de los Sacramentos de Iniciación Cristiana . En los años ochenta, la Archidiócesis publicó un primer Directorio , pero las situaciones nuevas, las experiencias recogidas y la reflexión pastoral fueron recomendando una nueva edición. Tres Encuentros anuales de la llamada “Iglesia en Castilla” condujeron a la convicción de que era una tarea pendiente, que poco a poco van realizando las diócesis. Nuestro Directorio ha sido preparado con amplia participación de presbíteros, consagrados y laicos; han estudiado y asesorado los Consejos Presbiteral y Pastoral Diocesano, con el servicio pastoral de los religiosos que trabajan en la Escuela Católica; los consagrados se han sentido reconocidos al ser convocados. El Directorio se presentará a diversos grupos (catequistas, padres de familia, profesores, presbíteros, religiosos…) y en diversas zonas de la Archidiócesis, porque tenemos sumo interés en que concertemos todos los esfuerzos en esta tarea primordial. Estamos convencidos de que lo que hace algunos años era suficiente para iniciar en la fe y en la vida cristiana, hoy no basta: ya no podemos dar por supuesta sin más la fe, y, además, las familias colaboran poco y el ambiente social no es propicio. Hemos puesto mucha esperanza en que, uniendo esfuerzos de manera perseverante, podremos dar una respuesta importante a la evangelización.

    Estas apreciaciones tienen en cuenta lo expuesto en los diversos capítulos de la Relación, y al mismo tiempo indican algunas perspectivas de futuro.